En la Universidad de Salamanca, que lleva poco más de tres años con un reglamento, las actuaciones abordadas se dirigen a evitar todo tipo de discriminaciones. Así lo refleja el vicerrector de Promoción y Coordinación, Enrique Cabero, que apunta que en el único caso donde pudo atentarse contra la integridad sexual de una persona de la comunidad universitaria "ella misma se dirigió a la jurisdicción penal y es un tema que está pendiente de resolución". No obstante, expone que sí hubo decisiones preventivas que resolvieron problemas y otros están en fase de resolución relacionados con la convivencia diaria en los entornos universitarios. "Se han modificado algunos reglamentos", asevera Cabero.