Castilla y León continúa como una de las comunidades autónomas con peores datos de siniestralidad, tan sólo por detrás de la Rioja y Castilla-La Mancha. Así lo evidencian los datos presentados por la DGT, que señalan que el pasado año murieron 123 personas en accidentes de tráfico en vías interurbanas de la autonomía. En 2016 fueron 124, con lo que prácticamente se mantiene la cifra, mientras que a nivel nacional asciende un tres por ciento.

Concretamente, en Castilla y León se contabilizaron 50 fallecidos en vías interurbanas por millón de habitantes, mientras que en la mayor parte de las regiones apenas superaron la veintena. Zamora es la provincia en la que se produjo un mayor incremento de muertes el pasado ejercicio, con diez más que en 2016. También aumentó la mortalidad, aunque en menor medida, en Palencia (4), Salamanca (4), León (3) y Valladolid (1).

La parte este de la comunidad registró, por contra, mejores datos. En Soria hubo 10 fallecimientos menos con respecto al año anterior. En Segovia fueron cuatro menos las muertes registradas por accidente de tráfico, tres en Burgos y dos en Ávila. La Dirección General de Tráfico explicó que "no hay una causa única y evidente" que justifica que el aumento de los fallecidos en las carreteras españolas, aunque entendió que al haber más tráfico y más vehículos es lógico que ascienda también la siniestralidad.

Se ha constatado un aumento de 16,4 millones de viaje de largo recorrido por carretera en toda España, lo que supone un 4,2 por ciento más que el año anterior. En total se registraron 408,5 millones de desplazamientos de largo recorrido. Y en lo que respecta al aumento del parque, el año cierra con la matriculación de 1.787.242 vehículos nuevos.