El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha validado el sistema de prescripción electrónica de recetas interoperables en cinco comunidades autónomas más: Asturias, Cantabria, Cataluña, Murcia y el País Vasco, con lo que los ciudadanos de Castilla y León ya pueden comprar medicamentos con receta en las farmacias de 13 autonomías. Estas cincos se suman a Aragón, Canarias, Castilla-La Mancha, Comunidad Foral de Navarra, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia y La Rioja, además de Castilla y León.

Las cinco nuevas comunidades validadas iniciarán efectivamente el servicio a los ciudadanos de forma inmediata, si bien alguna de ellas lo hará a lo largo del mes de enero. Esto significa que 1.344 nuevos centros de salud y consultorios de Atención Primaria y 5.252 farmacias se añadirán a los dispositivos que pueden prescribir y dispensar recetas interoperables.

El objetivo, según apuntan desde el Ministerio, es que los pacientes puedan moverse por todo el territorio nacional y obtener sus medicamentos prescritos en cualquier farmacia del país, independientemente de en qué comunidad hayan sido recetadas y sin necesidad de preocuparse en sus viajes por las fechas de dispensación en las que tienen que retirar la medicación o sin tener que acudir a su médico para que les realice anticipos de la misma.

Las catorce comunidades con servicio certificado de interoperabilidad suponen el 80 por ciento de los centros de atención primaria y el 68 por ciento de las oficinas de farmacia, dando servicio al 65 por ciento de la población. Las siguientes comunidades que estarán en condiciones de cumplir los requisitos para que el Ministerio de Sanidad autorice su entrada son el INGESA (Ceuta y Melilla), Andalucía, Baleares y la Comunidad de Madrid que también están trabajando en adaptar sus sistemas. Con ello, la receta electrónica sería interoperable en todo el Sistema Nacional de Salud.

El Ministerio de Sanidad se ha planteado desde el principio del proyecto hacer compatibles los diferentes sistemas de receta electrónica respetando, al mismo tiempo, los modelos propios de cada comunidad autónoma. No obstante, poner en marcha este servicio requiere de unos trabajos técnicos complejos que, además del Ministerio, han debido realizar las Consejerías de Sanidad y los Colegios Oficiales de Farmacéuticos, con la colaboración del Consejo de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España.