El riesgo cardiovascular global es moderado en Castilla y León y sólo los cambios en los estilos de vida permitirán rebajarlo.

De hecho, pese al aumento en la última década de la mayoría de los factores de riesgo -hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia y obesidad y sobrepreso-, las tasas de mortalidad han caído en 25 años, hasta el punto de que se sitúa en 108,1 por cada 100.000 habitantes, un 11,6 por ciento menos que la media nacional, y todo pese al grado de envejecimeinto de la población autonómica.

La razón reside en un sistema sanitario cada vez más avanzado, en cuyas manos no puede dejarse más la responsabilidad de unos hábitos de vida saludables, según precisó el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado.

Son datos que arroja el informe "Riesgo de enfermedad cardiovascular en Castilla y León 2004-2014", que ha servido para que Sacyl disponga de una ecuación propia de riesgo que le permitirá afinar en el comportamiento de estas enfermedades y definir mejor medidas de promoción y prevención de la salud.

El informe se presentó hoy en el marco de una jornada de expertos que puso sobre la mesa la utilidad y las controversias de la valoración del riesgo cardiovascular, así como cuáles deben ser las estrategias de futuro para valorar y controlar este riesgo.

Podría implicar cambios en los protocolos de atención y en la cartera de servicios como, por ejemplo, el impulso de campañas de captación activa de población que puede sufrir algunos de estos riesgos y que no está diagnosticada, explicó Sáez Aguado. En concreto, se refirió a los grupos de 35 a 60 años de edad que acuden poco al centro de salud.

El consejero incidió en la responsabilidad individual y en la importancia de los autocuidados, ya que los expertos consideran que esta reducción de la mortalidad no podrá mantenerse si no se actúa sobre los riesgos y los estilos de vida, con un peso del 50 por ciento en los factores determinantes de salud individual, por encima de los genéticos, ambientales o asistenciales. “Ese es el reto, no abandonar los estilos de vida más sanos, porque reducen más que la técnica los factores de riesgo”, sentenció.

Los datos arrojan que la prevalencia de hipertensos aumentó más de 14 puntos porcentuales en la muestra estudiada, hasta el 55,66 por ciento. Los repuntes más significativos se dieron en el grupo de entre 45 y 59 años que en diez años vio dispararse su prevalencia en 24 puntos, de un 34,7 a un 59,6 por ciento.

En concreto, fueron los hombres los que sufrieron un mayor incremento, al superar los 30 puntos porcentuales en la cohorte de 50 a 54 años, al evolucionar de un 41,86 a un 74,04 por ciento. En el caso de las mujeres, los crecimientos fueron más moderados.