Castilla y León se enfrenta a una sequía sin precedentes que ya empieza a ser considerada por muchos expertos como la peor del último siglo. El pasado año hidrológico se registraron los niveles más bajos de lluvia en muchas zonas y en el corazón de la comunidad, en la comarca de Tierra de Campos, las precipitaciones registradas en los últimos doce meses apenas alcanzaron los 200 litros por metro cuadrado, inferiores a la media anual que se registra en el desierto del Sahara. Ante esta situación, el presidente de la CHD, Juan Ignacio Diego, y su antecesor en el cargo, José Valín, resaltan a Ical, la necesidad de dotar a la cuenca del Duero de más pantanos y de modernizar los regadíos.

Uno de estos expertos en gestión de agua que alerta de la gravedad de la situación es el que fuera consejero de Agricultura de la Junta y expresidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), José Valín, que asegura que él no recuerda una situación tan extrema con pantanos como el de Barrios de Luna, en el río Órbigo (León), que se se encuentra a poco más del cuatro por ciento, o que toda la zona del Esla en su conjunto ronde el 12 por ciento, y el mismo nivel presenten los pantanos del Pisuerga y el Carrión.

Valín alerta de que desde la primavera de 2016 no llueve "en serio" y matiza que lo peor de todo está siendo el seco inicio del otoño. En términos similares se pronuncia el actual presidente de la CHD, Juan Ignacio Diego Ruiz, que argumenta que la gravedad ha ido en aumento desde el pasado otoño, cuando los datos de precipitaciones y otros valores, como la entrada de aportaciones a los embalses que evalúa la CHD, apuntaban al inicio de una época de déficit hídrico. Este panorama, según Diego Ruiz, lejos de atemperarse, fue a más tras un invierno seco y sin nevadas en las cadenas montañosas y una primavera cálida de escasas lluvias.

La delicada situación actual pone de manifiesto la necesidad de incrementar la regulación en los ríos de la cuenca del Duero y en ejecutar con rapidez los acuerdos del Plan Hidrológico Nacional de 2015 donde se que contempla la construcción de siete pequeños embalses.

En este sentido, Valín apunta a que con una mayor capacidad de almacenamiento se podría plantear una regulación pluarianual, "algo de lo que carece la comunidad y que ahora se hace necesario para poder aprovechar los años más húmedos".

Por su parte, Diego Ruiz apunta a que la construcción de nuevos pantanos se tiene que completar con una clara apuesta en Castilla y León por la modernización y tecnificación de regadíos. "La innovación que posibilita hacer más con menos también llega al campo, y más en concreto al indispensable ahorro de agua". En este caso, Valín más allá y aunque reconoce que en los últimos años se han producido importantes avances en la modernización de los regadíos, el regadío a pie tendría que tener contado sus días.

Además, el que fuera consejero de Agricultura también asegura que junto a nuevos pantanos y a una modernización del regadío, es fundamental realizar una planificación que tenga en cuenta la problemática del cambio climático, de la que "España se debería convertir en abanderada de Europa, ya que será uno de los país más afectado".

Así, Valín plantea que el cambio climático debe ser una prioridad fundamental para el Gobierno, "ya que no sólo nos jugamos el poder tener agua para regar, también nos jugamos el territorio y el bienestar de las generaciones futuras".