Castilla y León contabiliza en lo que va de semana un total de 95 incendios forestales, casi todos ellos de origen provocado, y muchos de ellos con varios focos. Además, la mayoría se produjeron durante el ocaso, cuando los medios aéreos -cuya intervención inmediata puede resultar decisiva- ya no pueden actuar.

Por eso, el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, no dudó ayer, durante una visita a la comarca del Bierzo, en hablar de "mentes criminales y malignas que planifican su crimen", para referirse a los autores de los incendios. Cabe señalar que solamente en la jornada del jueves llegaron a contabilizarse cuatro de nivel 2 del Plan de Protección Civil ante Emergencias por Incendios Forestales de Castilla y León, Infocal.

Respecto al declarado el pasado lunes en la comarca leonesa de La Cabrera, que se mantiene en nivel 2, Suárez-Quiñones remarcó que está en fase de estabilización. "No está controlado, no tiene llama y no avanza en perímetro pero tiene rescoldos, calor y, por tanto, capacidad de reproducciones", subrayó antes de elogiar la actitud de los vecinos de las zonas afectadas.

Se sigue trabajando en enfriar los puntos calientes y con labores de consolidación, condicionados por la inversión térmica y la presencia de humo que impide la actuación de los medios aéreos en muchos momentos. El perímetro del incendio supera los 40 kilómetros y el consejero insistió en que "vamos a tardar varios, bastantes días, en declararlo controlado". La masa afectada es en su mayoría de matorral pero un 20 por ciento es de encina y pino de repoblación. También se produjeron daños en instalaciones de telefonía que se suman a los efectos del humos y a la degradación del suelo, del paisaje y a otros posibles efectos negativos, como los que puedan afectar al turismo.

Hace cuatro días que se inició el incendio más importante de Castilla y León este año, el originado, al parecer de manera intencionada, el pasado lunes en la comarca leonesa de La Cabrera. Y no ha sido hasta la mañana de ayer cuando se ha respirado cierta calma entre los vecinos de esta zona, donde se calcula que ya han ardido alrededor de 9.000 hectáreas y donde participan cerca de medio millar de efectivos para su extinción.

Aunque la Junta de Castilla y León mantiene el nivel 2 de alerta, se asegura que el perímetro ya está estabilizado, aunque no se quiere lanzar las campanas al vuelo, porque las condiciones climatológicas podrían complicar la situación en cualquier momento.

Sin embargo, desde primera hora de la mañana de ayer ya se respiraba una mayor tranquilidad que en las últimas jornadas, en la que los propios vecinos reconocían que la situación había sido caótica y había provocado "un auténtico infierno".

De hecho, fueron muchos los vecinos de varias localidades los que tuvieron que ser evacuados ante el riesgo de que el fuego pudiera acercarse a las poblaciones. Algunas localidades como Forna respiran tranquilas, aunque su imagen es desoladora y tan solo las casas se han salvado de las llamas, que tiñieron de negro el resto del paisaje.

Los vecinos de Trabazos son los únicos que en las últimas horas han tenido que permanecer fuera de sus casas y la pasada noche fue la segunda que pasaron en el polideportivo de La Baña. En concreto fueron 34 las personas de las casi 70 que se desalojaron de la localidad, ya que el resto pudieron ser realojadas con sus familiares.

Además, en esta segunda noche, las personas más mayores también pudieron hospedarse en las instalaciones de la residencia de ancianos para así poder disfrutar de una mayor comodidad y un mejor descanso.

"Esto no lo habíamos vivido nunca", relataban Amadeo Cañal y Rosario Carrera, que a su avanzada edad recuerdan cómo nacieron en Trabazos, donde han vivido toda su vida. A pesar del dolor que supone tener que abandonar su casa, que habían reformado, y que es "el trabajo de toda una vida", aseguraron que perdonarían al autor de este incendio de La Cabrera. "Aunque duela, pero le diría que no lo vuelva a hacer", dijo la anciana.