El incendio, que se declaró este domingo en El Hornillo (Ávila) mantiene el nivel de gravedad. Numerosos medios, tanto humanos como materiales, trabajaron durante toda la jornada de ayer para tratar de sofocar un fuego cuyo humo podía verse desde buena parte del Valle del Tiétar y que, al parecer, llevaba latente desde hace dos semanas, cuando se originó, al parecer, por una tormenta.

Según informaba ayer la Junta, el fuego se reactivó a las 2,07 horas de la madrugada del sábado al domingo en el paraje conocido como Las Tormeras, que va desde el arroyo del mismo nombre hasta el de la Iruela, en la parte alta de la sierra, tal y como confirmaba a este diario el diputado provincial José María García Tiemblo.

Todo apunta a que el motivo de la reactivación no fue otro que las altas temperaturas que el Valle del Tiétar lleva sufriendo toda esta semana. En concreto, la Agencia Estatal de Meteorología señaló ayer a la vecina Candeleda como la cuarta localidad de la Comundiad con la temperatura más elevada, con 39,6 grados a las 16.50 horas.

Según confirmó José María García Tiemblo, a media tarde de este domingo, la Unidad Militar de Emergencias (UME) se unió a las labores de extinción del incendio. Pero antes, desde la llegada del día, ya se habían puesto a trabajar en ello numerosos medios terrestres y aéreos de la Comunidad Autónoma y del Ministerio de Medio Ambiente.

La Junta indicó que hasta el lugar del incendio se desplazaron seis helicópteros (uno de ellos de coordinación), así como dos aviones anfibios y cinco cuadrillas helitransportadas (tres ELIF y dos BRIF, en este segundo caso las del Puerto de El Pico y de la Iglesuela), así como siete camiones autobombas, tres cuadrillas terrestres, seis agentes medioambientales y un técnico, lo que hacen un total de 96 combatientes.

Fue un poco antes de las diez de la mañana cuando se decretó el nivel 1 de gravedad Infocal, al ser previsible que el fuego necesitara más de doce horas de control y al peligrar masas arboladas de más de 30 hectáreas. De hecho, las llamas asolaban una zona de pinares de alto valor ecológico, de muy difícil acceso y con fuertes pendientes, lo que dificultó mucho los trabajos de extinción.

Según pudo saber Ical, las cuadrillas precisaban más de una hora de caminata para acceder al lugar de las llamas, una zona sin caminos trazados. A última hora del día, la Junta mantenía el nivel 1 de actuación. Se habían retirado, eso sí, los medios aéreos, pero continuaban trabajando para asegurar el perímetro inferior 70 combatientes gracias a la incorporación de efectivos de la UME de Madrid y bajo la dirección de un técnico del operativo de Ávila.