La consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, presentó hoy en Ávila la Plataforma de Competitividad Productiva del Sector Vitivinícola, con la que se quiere dar "un nuevo impulso" a este sector para incrementar su competitividad.

Esta plataforma, impulsada desde la Junta de Castilla y León, plantea seis ejes con más de una treintena de medidas con las que se busca "la mejora de la producción, establecer más garantías y potenciar la colaboración entre el sector productor, la industria, la distribución y la comercialización" de este sector. Para desarrollar esas medidas va a contar con casi 86 millones de euros.

El acuerdo para la puesta en marcha de esta Plataforma fue suscrito, además de por la Junta de Castilla y León, representada por la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, por las organizaciones agrarias Asaja, Alianza UPA-COAG, UCCL; Urcacyl en representación de las cooperativas agroalimentarias; Asber, Asesor, Fomentoro, Autóctona del Bierzo, Cecale y Vitartis representando a las industrias; las figuras de calidad del vino (las denominaciones de origen Arlanza, Arribes, Bierzo, Cigales, Rueda, Ribera del Duero, Tierra de León, Tierra del Vino de Zamora, Toro, Sierra de Salamanca, Valles de Benavente, Valtiendas y la Asociación Vinos de Cebreros; la distribución (Asucyl y Anged) y la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres.

El sector productor contará con diversas medidas cuyo objetivo será aumentar la competitividad del sector vitícola, mejorando su posición en la cadena de valor y optimizando las estructuras productivas de las explotaciones de viñedo.

Las actuaciones fundamentales en este terreno serán la promoción y el apoyo a la incorporación de jóvenes al sector vitícola incrementando el nivel de profesionalización, la conservación de las comarcas vitícolas singulares y la renovación de las estructuras productivas en función de las peculiaridades de cada zona geográfica.

La Plataforma firmada hoy por los principales actores del sector vitivinícola tiene un espacio reservado a la transformación con unos claros objetivos como son adaptar el proceso de elaboración de vino a la demanda de consumidores y mercados, facilitando la comercialización nacional e internacional, promoviendo la competitividad del sector y potenciando la imagen de calidad de los vinos de Castilla y León.