La "pobreza se hace persistente" en Castilla y León y las personas que la padecen se sienten "devastadas", con 87.717 en extrema vulnerabilidad atendidas por Cruz Roja en 2016 en la comunidad, situación ligada a la falta de empleo digno, mientras aumenta en el horizonte el problema de la soledad.

Aunque son un millar menos que en 2016, el presidente de Cruz Roja de Castilla y León, José Varela, ha apelado hoy a la prudencia ante ese ligero descenso, por segundo año consecutivo, de los más vulnerables, aunque ha alertado de la cronificación de esa pobreza económica -algunos llevan ocho años con ellos- ligada a que no llegan a final de mes, con salarios de 600 euros, empleos inestables y "trabajadores pobres".

Se les ayuda a pagar la luz, el agua, los alimentos, el material escolar, para que "mantengan la dignidad", con nuevas herramientas como las tarjetas prepago, una tarjeta monedero con cantidades distintas en función de las necesidades que permite "normalizar determinadas situaciones", dignificando a la vez las ayudas.

Y ese "vendaval", esa "riada" de necesidades que ha traído la crisis afecta a todos, especialmente a los niños, a los que se intenta ayudar para que salgan del círculo de la pobreza, con 7.326 atendidos en 2016 y programas para favorecer el éxito escolar, de igualdad de oportunidades, que se aprovechan además para que desayunen o merienden, ha relatado Varela en la rueda de prensa en la que ha presentado hoy la memoria de la entidad de 2016.

El presidente de Cruz Roja en Castilla y León ha expresado su preocupación, como en años anteriores, por esas personas que llevan "demasiado tiempo" acudiendo a la entidad para recibir ayuda, que entran y salen de los programas, por la debilidad de los empleos.

Y en una comunidad en la que la despoblación y el envejecimiento son sus principales problemas, estos también "afectan a Cruz Roja", ha reconocido su presidente, y en esa línea, su secretario autonómico, Carlos Santos Romero, ha puesto sobre la mesa un problema que va a más, el de la soledad.

Hasta 30.000 personas dependen de la conexión con Cruz Roja para no estar aisladas, ha explicado Santos, para quien aunque la crisis pase y se de respuesta "al final Castilla y León tiene un problema de soledad".