Sin llegar a ser "El capitán Trueno", como ironiza, Juan Vicente Herrera ha sido uno de los barones del PP más críticos en ocasiones con medidas adoptadas por el Gobierno de su propio partido. Y así va a seguir siempre y cuando esté en juego el bienestar de los ciudadanos de Castilla y León, advierte. Es consciente de que en ocasiones "no me he sentido escuchado por el Gobierno". Ejemplos tiene varios en la cartera, como la ley de dependencia, "que nació sin sustento financiero", y que está empeñado en mejorar aunque para ello tenga que alzar una vez más la voz ante el PP nacional.

El propio presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, fue el que se empeñó en que continuara en el cargo un tiempo más, "pero creo que ya había llegado el momento más apropiado para este relevo que ya había anunciado que se iba a producir tarde o temprano". Es a partir de ese momento cuando surgen los dos candidatos, Antonio Silván y Fernández Mañueco, añade, "dos políticos que saben lo que es la ejecutiva nacional y que han estado ahí cuando hemos tenido problemas tanto en Salamanca como en León sin importarles dejar otros cargos".

Presidencia de honor

Herrera no tiene ninguna intención de aceptar una posible presidencia de honor del partido en Castilla y León. Ese tipo de distinciones parecen que no van con el talante de este político campechano y capaz de reinventarse en las sucesivas etapas por las que ha discurrido su trayectoria. Su ambición, una vez finalice la legislatura en la Junta de Castilla y León, insiste, es "ser un militante más, pero ejemplar y ejemplarizante".

Aunque no se ve en la política de primera línea, la de la lucha diaria tras 16 años ocupando la presidencia de la Junta y del partido, tampoco parece que le disgustara otro tipo de cargo público... Eso sí, "siempre y cuando pueda ser útil a la sociedad, a la que me debo".

Alfonso Fernández Mañueco, candidato único a dirigir a partir del sábado el PP de Castilla y León, se convertirá también en presidente del Grupo Popular en las Cortes. Ello conlleva que puede introducir los cambios que considere oportunos en las comisiones, presidencias, etc, con lo que no solo es posible que bailen nombres, sino también incluso retribuciones. Sobre esta base objetiva, una de las peticiones expresas que Herrera ha trasladado a Mañueco en su despedida es que "cuide del grupo en las Cortes". La segunda, que mantenga viva la lucha por el municipalismo, "porque Castilla y León son todos sus ayuntamientos y diputaciones", aseguró el presidente saliente.

El veterano político tiene algo en mente en el que ha depositado todas sus energías, el XIII Congreso regional del PP, una jornada que quiere convertir en "un día de fiesta, en el que no haya un adiós sino una bienvenida al nuevo presidente, y en el que prime la unidad y la integración" para sentar las bases "de las próximas elecciones de 2019".

El nuevo sistema electoral de doble vuelta para elegir candidatos, al que en alguna ocasión llamó "primarias", cuenta "con mi expreso apoyo, como ya he manifestado en otras ocasiones, porque suponen un paso adelante y ninguno atrás". Este proceso, añadió, "da la palabra a los verdaderos dueños, los militantes". Aunque el balance oficial lo deja para el sábado, Juan Vicente Herrera se siente orgulloso de su más de década y media como líder indiscutible de los populares tanto en la Junta como en el partido autonómico. El PP de Castilla y León, mantiene, "es una organización ejemplar y con un gran respaldo que pido continúe". Una vez se produzca el nombramiento de Mañueco, por lo que respecta al partido "paso a ser un militante más, pero especialmente ejemplar y ejemplarizante".

Juan Vicente Herrera lanza mensajes de unidad pero sin ocultar que en política las discrepancias internas pueden llegar a ser habituales a incluso sanas. Parafraseando al histórico socialista Alfonso Guerra, advirtió también que un partido "no es un club de amigos, sino personas que se unen para impulsar proyectos en beneficio de la sociedad". Y por si quedaba alguna duda, remató: "Debemos ser conscientes de que por encima de nosotros, los nombres y apellidos, está el PP, y por encima del PP Castilla y León, la comunidad por la que vamos a seguir trabajando". Quizá por eso no le importe recordar el episodio que protagonizó cuando tras las primeras elecciones generales fallidas le dijo a Rajoy que se mirara en el espejo a ver qué veía, en alusión a los malos resultados en los comicios. "Tengo que decir que esa misma mañana me llamó el presidente nacional y no precisamente para reñirme", relata. En cualquier caso, se sincera, "lo del espejo ahora viene a cuenta con más motivo, porque el que se mira con más frecuencia soy yo".

La convivencia en esa bicefalia Mañueco-Herrera se augura para este último, "una convivencia sencilla", porque voy a seguir en el grupo de las Cortes y a ambos nos une ese contrato con los ciudadanos. Y los contratos no se pueden tocar". Por su parte ya ha ofrecido a Fernández Mañueco "todas las facilidades" para que pueda desarrollar con libertad y respeto su nueva labor al frente de la organización en Castilla y León". Además, puntualiza, "yo ya no soy competencia de nadie y, por lo tanto, no veo mayor problema en este periodo transitorio de dos años en el que, estoy seguro, vamos a trabajar unidos porque tenemos los mismos intereses y compromisos".

Así ha sido su última comparecencia pública como presidente regional en la que una vez más ha hecho gala de su diplomacia para tratar de defender a unos sin atacar a otros. Eso nadie se lo quita.