La Junta de Castilla y León actuará de forma proactiva y "captará" a los menores que lleguen a urgencias o emergencias por consumo de alcohol, como los en torno a 790 que lo hicieron en 2016, para intervenir con ellos y sus familias, evaluar cada caso y actuar preventivamente según el nivel de riesgo.

El proyecto arrancará a principios de abril en Valladolid, donde se pilotará durante seis meses para luego evaluar cómo ha funcionado y extenderlo, a partir de noviembre, al resto de provincias de la comunidad, según anunciaron ayer los consejeros de Sanidad y Familia e Igualdad de Oportunidades, Antonio Sáez y Alicia García, respectivamente.

Se trata del proyecto "Ícaro-Alcohol" que nace tras un estudio de la situación durante un año por parte de cuatro hospitales de la Comunidad -los dos de Valladolid, León y Palencia-, que atienden al 45% de la población regional, con el resultado de que de las 3.258 urgencias por alcohol o drogas, 418 fueron en menores de 21 años, el 12%; con 331 casos, el 79,2%, por episodios de alcohol, de los que entre el 2-3% fueron intoxicaciones etílicas.

De esos casos, el 13 por ciento de las urgencias fueron en niños entre 12 y 14 años, el 35 por ciento entre 15 y 17 y el 52 por ciento entre 18 y 20 años, según han detallado en la presentación del proyecto el consejero de Sanidad y la de Familia e Igualdad de Oportunidades.

Ello permite estimar que en la comunidad se produjeron un millar de episodios en urgencias por alcohol o drogas protagonizados por menores, en torno a 790 por alcohol, sin que afecte a un nivel de estudios, clase social o renta, lo que hace que el problema sea más preocupante, ya que no cabe actuar sobre un factor o grupo concreto.

De ahí, y como ya se planteó en el VII plan regional sobre drogas, que se haya decidido actuar cuando los menores llegan a urgencias, "un momento de acceso a la atención sanitaria", para aprovechar que el "impacto es grande y actuar con esos jóvenes" y sus familias, explicó Sáez.

Se trata de "captar esas situaciones de riesgo" y actuar en colaboración con los servicios sociales en un problema que es individual pero también social, en el que no cabe "la idea peligrosa de que una borrachera no tiene impacto".

El programa ofrece, explicó García, una respuesta preventiva y ágil, con un procedimiento proactivo con los menores y sus familias, de forma que cuando llega un caso por consumo de alcohol a urgencias o emergencias, los equipos de referencia en prevención contactarán en 72 horas con los que hayan dado su consentimiento informado, para en un máximo de siete días tener una cita en la que se evalúe con detalle su caso y la mejor opción preventiva.

García detalló que para el desarrollo de los protocolos de actuación del proyecto han trabajado desde junio de 2015 veintitrés profesionales de la sanidad regional, el Comisionado regional para la droga, el Ayuntamiento y la Diputación de Valladolid, y la Fundación Aldaba Proyecto Hombre.

La titular de Familia e Igualdad de Oportunidades destacó que el proyecto incide precisamente en la coordinación entre profesionales, en la continuidad de las intervenciones realizadas y en un seguimiento activo de los casos para evitar "lagunas o tiempos muertos" sin intervención preventiva o asistencial, en el caso de que sea necesaria. Según la problemática que se detecte, el menor podrá ser derivado a programas de prevención familiar universal o selectiva o a talleres de sensibilización e información para adolescentes relacionados con el consumo de alcohol; y en el caso de que se detecte una "evidente y reiterada" falta de colaboración de los padres se informará a servicios sociales.