Unos cursos que deberán ser impartidos por técnicos y especialistas en violencia de género a los profesionales de los medios, tal y como existen para otros colectivos como los abogados de oficio que defienden a víctimas de violencia de género. De esta manera, los periodistas consideran que se podrá cumplir con el papel "clave" que la Junta de Castilla y León otorga a los periodistas en la labor de socialización y sensibilización a la sociedad, además de promover el rechazo frontal de los ciudadanos a la violencia "machista" y fomentar la igualdad entre hombres y mujeres.

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Alicia García, reunió ayer en Valladolid a una amplia representación de los directores y profesionales de más de 20 medios de comunicación que en julio de 2006 suscribieron con la Junta un código de recomendaciones y buenas prácticas para el tratamiento informativo de la violencia de género. Un decálogo que, por ejemplo, recoge que la violencia de género no es un "suceso aislado" o un delito sino también un "atentado contra los derechos humanos que excede del ámbito privado".

García apuntó, según declaraciones recogidas por la Agencia Ical, la necesidad de "actualizar" y "mejorar" este código ético, de la mano de los medios de comunicación. "Entre todos, podemos sumar iniciativas para defender a las víctimas, tanto mujeres como menores a su cargo", aseveró. Y es que la consejera demandó a los directores afrontar "con coraje" y "no caer en la autocomplacencia al pensar que es difícil erradicar esta lacra social", que calificó de las peores en los últimos años.

La constitución del grupo de trabajo, que también contó con representantes del Colegio Profesional de Periodistas y asociaciones de la prensa, sirvió para que algunos profesionales demandaran a la administración un manual de referencia a la hora de redactar informaciones de violencia de género y teléfonos de contacto de expertos para completar ese tipo de noticias. También, solicitaron mayor agilidad por parte de las instituciones públicos a la hora de confirmar los casos de maltratos, ya que, al final, se buscan testimonios de vecinos y personas cercanas a las víctimas para completar la información.

Algunos de los intervinientes abogaron por tratar a las víctimas "por igual" al considerar que algunas cuentan con más cobertura en los medios de comunicación.