Víctor Reyes nació en Salamanca hace 54 años. Está casado con Maite y es padre de dos hijos. Pasó de tocar en las fiestas de los pueblos y en el piano-bar de Salamanca a trabajar con Cruz y Raya a finales de los años 80. También colaboró con Mecano y realizó arreglos para Julio Iglesias y José Luis Perales hasta grabar en los estudios de Abbey Road. Ya en los años noventa grabó su primera película y desde entonces no ha parado de cosechar éxitos. Este compositor salmantino tiene un dilatado currículum en poner música a series de televisión y la banda sonora a las películas del cineasta y amigo Rodrigo Cortés como "Buried", "Luces Rojas", "Grand Piano" y "Concursante". Salamanca le nombrará Estrella de la Cultura.

-Estar nominado a unos premios como los Emmy y además conseguir alzarse con uno de ellos. ¿Cómo se viven esos momentos?

-Supone una alegría tremenda, es una mezcla entre alegría y aturdimiento. Esos diez segundos en los que hay cuatro aspirantes a un premio y dicen tu nombre? no se pueden describir. Fue mi agente John Tempert quien se puso de pie y me dijo que había ganado, mi mujer me dio un beso y yo seguía sin creérmelo. Tuve que subir al escenario y no recuerdo nada, se me olvidó sacar el papel del discurso que te dicen que tienes que tener preparado. ¡Es un mundo muy "cool"! Todos son muy guapos, hablan muy bien inglés y yo solo soy un compositor. Pero salí al paso, subí al escenario y dije de corazón lo que sentía. Fueron palabras de agradecimiento a los que lo habían hecho posible, pero sobre todo a mi mujer y a mis hijos, que son mi fuerza.

-En varias ocasiones ha estado nominado a los Goya del cine español y has ganado numerosos premios pero, ¿qué tiene de diferente estar nominado a los Emmy y además conseguirlo?

-Supone que reconozcan tu trabajo en la televisión. Sientes que tu labor está bien, que merece la pena ser reconocido y con eso me daba por satisfecho, con la doble nominación era más que suficiente. Íbamos muy contentos mi mujer Maite y yo, con la idea de disfrutar el momento y si no nos llevábamos nada, pues siempre queda la experiencia. Pero una vez que te lo conceden, te da un subidón bestial, que no se puede describir.

-¿Cómo ha sido su trayectoria profesional? ¿Se imaginabas llegar hasta aquí?

-Quizá lo soñaba desde pequeño, pero ahora viendo las fotos del otro día, no me lo puedo creer. Compartir una gala y la alfombra roja con estrellas tan importantes era algo impensable. Mi trayectoria ha sido una escalera. Cuando reflexionaba la otra noche al llegar al hotel, pensaba en mi vida, en todo lo que ha pasado y el sentido que cobra. Pasé una época de aprendizaje en Salamanca en los años ochenta, tocando en grupos y viviendo la conexión con las personas, tocando en las fiestas de los pueblos y creo que ahí es donde se aprende. Esas cosas no están escritas en los libros, están en el corazón de las personas. Cuando te subes a un remolque en las fiestas y luego vas a Madrid, te sientes poca cosa, porque todo está más lejos de lo que has estado haciendo. No lo vi claro hasta que empecé a trabajar y a grabar discos con Mecano o con numerosos artistas en los noventa. Pero siempre tuve la ilusión y eran pasos que tenía que subir poco a poco hasta que me enfrenté a mi primera película. A veces es un mundo hermético y difícil. Pero fui cumpliendo metas, después llegaron las series de televisión y más tarde te das cuenta de que tienes que seguir aprendiendo y ser mejor cada día.

-¿Qué se siente al volver a tu tierra, a Salamanca, con ese premio debajo del brazo, y saber que los tuyos quieren concederle la Estrella de la Cultura?

-Tenía muchas ganas de ver a mi familia porque ellos han sido el soporte. Todo aquello tan lejos aturde tanto, que agarrarte a cosas sencillas como la relación de las personas y sentir el apoyo de mis hermanos, de mis hijos y de mi madre es por lo que estoy aguantando. Como salmantino, es un orgullo, me parece demasiado porque no creo que sea para tanto, pero me llena de satisfacción y estoy muy orgulloso de mis raíces y del apoyo que estoy recibiendo. No me esperaba tanto cariño.

-¿Qué valoración merece el panorama musical en España?

-Creo que con la llegada de Internet y las descargas, la industria musical se ha venido un poco abajo tanto en España como en el extranjero. Creo que eso en Estado Unidos está más controlado y uno no puede bajarse con tanta facilidad la música al instante. Es una situación inquietante para los profesionales, porque solo los que están ahí saben lo que se sufre para sacar un disco adelante. Profesionales de la talla de Paco León, que solo ellos saben lo que se sufre para sacar una película adelante y financiarla, para que luego a los cuatro días alguien lo baje de Internet, es frustrante. Considero que hay que tener más respeto a los profesionales que trabajan para hacer bien las cosas.

-¿Qué mensaje lanzaría a los compositores principiantes, que a lo mejor ven lejano llegar a un futuro como éste?

-Les diría que sigan su propia intuición, que no oigan consejos y que no decaigan. Si yo he podido hacerlo, cualquiera puede, no tengo ninguna capacidad especial. Al final consigo las cosas por pura tozudez y no paro hasta que lo consigo. La música te tiene que salir del alma, tienes que sentir lo que haces y creer en ello. El objetivo debe ser aprender, siempre.