La empresa Lactalis ha comunicado por correo electrónico que no puede vender la fábrica de Lauki de Valladolid a Quesería Ibérica, debido a que en el acuerdo firmado entre la sociedad láctea y el Comité de Empresa existe una cláusula que lo impide a negocios competidores, según explicó ayer el representante de los trabajadores, José Manuel González.

En declaraciones a los medios, recogidas por Ical, González afirmó que "Lactalis es un muro" y acusó a la láctea de "dejar pasar el tiempo" porque "no quiere vender a nadie". Precisamente, el próximo 30 de septiembre se acabará el plazo para encontrar un comprador.

El presidente del Comité de Empresa, que desveló el contenido del correo electrónico de Lactalis en relación a que no puede vender la factoría, criticó la "falta de corazón" de la multinacional francesa, cuya actitud "cerrada" podrá perjudicar a entre 400 y 500 trabajadores. "Esto es la casa de Lactalis y no podemos obligar a vender, pero sí podemos movernos e insistir en el impulso que esta fábrica supone para Castilla y León", apostilló.

Respecto al trabajo de la Fundación Anclaje, el presidente del Comité señaló que "no dice nada", aunque prefiere que sea así, pues opinó que, cuando los medios publicaron el interés de Quesería Ibérica por la planta, "hasta el director se desvinculó del proyecto", aseguró. "Es mejor que esté en la sombra", añadió. González también adelantó que mantendrán una reunión con la Fundación Anclaje el próximo martes 6 de septiembre y que los trabajadores realizarán acciones "más fuertes" durante el mes de septiembre, aunque no adelantó el tipo de movilizaciones que realizarán.

Por su parte, la consejera de Agricultura, Milagros Marcos, manifestó ayer que sigue teniendo la "esperanza" de que la multinacional Lactalis acceda a vender la planta vallisoletana de Lauki antes del próximo 30 de septiembre. "No voy a perder la esperanza hasta el último momento porque si no habría dejado de luchar", incidió Marcos durante la presentación de la campaña de patata en Carpio (Valladolid).

La titular de Agricultura avisó de que seguirá "luchando" para "revertir" la decisión de la compañía francesa y apelar a su "responsabilidad social" para que garantice la actividad económica de la planta.