El turismo constituyó un sector refugio durante la crisis y se comportó con solidez durante el ciclo recesivo. No en vano, las plazas de alojamiento se elevaron un 11,6 por ciento desde 2008 (15.354 más), hasta las 147.682 contabilizadas el pasado mes de mayo (último dato facilitado por la Junta); y las de restauración, con la gastronomía como parte indisoluble de esta actividad en la comunidad, un 26,4 por ciento (sumaron 102.697), hasta las 491.618.

No obstante, las camas se redujeron un 1,1 por ciento en relación al mismo periodo de 2015, aunque las mesas de los restaurantes crecieron un 1,5 por ciento.

El presidente de la Federación de asociaciones de hostelería de Castilla y León, Julián Duque, valoró de forma positiva estas cifras y afirmó en declaraciones a Ical que los tiempos de crisis son “difíciles para el disfrute y el ocio”. Duque justificó que este incremento se debe a que el sector turístico es un “pilar fundamental” para la economía de la comunidad.

El presidente apostó por la especialización y por la cocina autóctona como “caminos a seguir” para mantener y mejorar los números de la actividad. En este sentido, señaló que es “necesaria” una reinvención del turismo de interior debido a que “toda oferta relacionada con la playa va en contra de Castilla y León”.

Duque animó a exportar la gastronomía regional por todo el mundo para promocionar la comunidad. Para ello, recomendó que esta exportación se haga mediante degustaciones o jornadas para publicitarse de forma cercana. “Mucha gente me ha dicho que los castellanos y leoneses somos muy amables, aunque se piense que podemos ser secos o estirados”, apuntó para reclamar que también se tiene que luchar por eliminar este tópico.