La factura farmacéutica de los hospitales de Castilla y León está dando un "balón de oxígeno" a las arcas de la comunidad, ya que arrastra una rebaja del 25 por ciento en los primeros cinco meses del año, con un total de 131,3 millones de euros. De esta forma, la Consejería de Sanidad ha conseguido controlar este gasto y ha evitado un desembolso de 43,6 millones. No obstante, a este ritmo mensual podría rebasar de nuevo los 300 millones este año, a pesar de la reducción en la compra de nuevos tratamientos de la Hepatitis C.

En ese sentido, Sanidad ha dedicado más de 8,6 millones de euros a los medicamentos para tratar la Hepatitis C, un gasto que corresponde en gran medida a los nuevos, más eficientes que sus predecesores, pero más caros. La Consejería está teniendo que hacer frente a menores desembolsos que en 2015 porque entonces tuvo que adquirir de golpe los productos para tratar a todos los enfermos que cumplían con lo estipulado en el Plan Estratégico nacional para esta enfermedad, que prioriza los casos que están en una fase más avanzada.

No obstante, el gasto farmacéutico de los centros hospitalarios, descontando el efecto de la Hepatitis C, refleja una evolución a la baja en entre enero y mayo, con una reducción sustancial del 19,2 por ciento. Precisamente, la compra de estos nuevos medicamentos fue una de las causas que provocaron, según la Junta, la desviación del déficit público el pasado año. Sin embargo, en los cinco primeros meses, la comunidad tuvo unas necesidades de financiación de 225 millones, frente a los 219 millones contabilizados en 2015.

La evolución de este capítulo de gasto para el conjunto de administraciones -comunidades y Estado- fue muy diferente, ya que anotó un crecimiento medio del 1,7 por ciento, hasta los 2.551 millones, es decir, 42,16 más que en 2015, según revelan los datos facilitados por las autonomías al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, que desde hace unos meses tienen que remitir la información sobre la evolución del gasto farmacéutico y sanitario, con el objetivo de mejorar la transparencia de las cuentas públicas.

La comunidad rompió la tendencia del país, ya que fue la autonomía que presentó una caída más elevada del gasto de la farmacia hospitalaria. De hecho, le siguieron, pero a bastante distancia, Cantabria con una rebaja del 8,3 por ciento y Castilla-La Mancha, con otra del 5,4. También descendió un 2,9 por ciento en La Rioja; un 0,8 por ciento en las Islas Baleares, y un 0,1 por ciento en Madrid. Por el contrario, los mayores incrementos se dieron en Extremadura, donde creció un 14,9 por ciento, en Aragón (9,9 por ciento) y Navarra (7,5 por ciento).

A través de las recetas u órdenes de dispensación, la Gerencia Regional de Salud (Sacyl) facturó un total de 248,2 millones, lo que supone un 2,3 por ciento más que la cifra registrada entre enero y mayo de 2015. Este aumento de los fármacos que se dispensan en las oficinas de farmacia, que contrasta con la caída registrada en los hospitales de la comunidad, fue también ligeramente inferior al del conjunto de administración, que en 2015 se situó en el 3,3 por ciento, con un total de 4.327,2 millones.