Castilla y León recibió del Estado durante 2013, en forma de gasto público, 4.612 millones más de lo que aportaron sus ciudadanos a través de los impuestos, con lo que esta Comunidad incrementó sustancialmente este dato, hasta 1.679 millones de euros más que en el año anterior.

Estos datos corresponden a las Cuentas Públicas Territorializadas que ha publicado el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, conocidas como "balanzas fiscales", cuya difusión cuestiona la Junta de Castilla y León por considerar que no deben mezclarse con los debates sobre el modelo de financiación de las comunidades autónomas.

Estos 4.612 millones de euros equivalen al 8,84% del Producto Interior Bruto (PIB) regional, con un gasto público que alcanza los 4.109 millones y unos ingresos fiscales de 503, según la misma estadística.

El informe aporta también datos per cápita, según los cuales cada castellanoleonés recibió de media 1.839 euros más de lo que aportó al Estado en forma de impuestos.

Castilla y León es una de las doce autonomías, junto a Ceuta y Melilla, que presentan saldos fiscales positivos, pero se sitúa como la segunda comunidad con un mayor saldo, sólo superada por Andalucía con 6.154 millones de euros, mientras que por habitante esta Comunidad es la tercera por detrás de Extremadura (2.478 euros) y Asturias (1.935). La tercera posición con saldo fiscal positivo es para Galicia, con 3.695 millones, seguida de Canarias, con 3.569 millones, y en quinta posición se sitúa Extremadura con 2.730 millones. Madrid es la comunidad que tiene un mayor déficit fiscal, ya que supera el 9% de su PIB, y duplica a Cataluña, que tiene algo más del 4,5, según el Ministerio de Hacienda.

El trabajo ofrece una radiografía detallada de la distribución territorial de los presupuestos públicos desde una óptica de carga-beneficio, tanto por el lado del ingreso como del gasto.

Este patrón de reparto del ingreso y el gasto públicos hace que, en términos generales, los saldos fiscales regionales se deterioren según aumenta el nivel de renta.

Según los expertos que han confeccionado el informe, el saldo fiscal tiende a empeorar según aumenta la renta per cápita, de forma que los territorios más ricos generalmente presentan déficit fiscales, mientras que los de menor renta suelen disfrutar de superávit.

Los flujos redistributivos entre regiones, añaden, ascendieron en 2013 a unos 29.000 millones de euros, el 2,9% del PIB y, desde el punto de vista de las regiones receptoras netas (con saldos fiscales positivos), los flujos de entrada representaron un 5,6% de su PIB, mientras que para las regiones contribuyentes netas, los flujos de salida supusieron un 5,9% del PIB. Así, Madrid tiene un saldo fiscal negativo de 17.591 millones de euros, muy por delante de Cataluña (8.800), Baleares (1.511), Comunidad Valenciana (1.416) y Navarra (176).