Un antiguo quiosco de prensa, un espacio multidisciplinar donde se unen libros, café y música en directo, una alianza interprovincial para el fomento de la lectura o un lugar de compra, venta e intercambio a bajo coste de libros.

Son algunos de los nuevos conceptos que comienzan a aflorar en las librerías de Salamanca, un lugar tradicionalmente ligado a la cultura y la lectura que, en los últimos años, vivió el cierre de varios de estos establecimientos como consecuencia de la crisis.

Jesús Rodríguez en su librería, en la que ha añadido una cafetería y sala de conciertos./Ical

El fin, a principios de 2016, de la emblemática Cervantes, gran bastión de las librerías tradicionales por ser “una referencia a nivel nacional, una librería de fondo donde se encontraba de todo”, tal y como asegura Jesús Rodríguez, propietario de la librería Hydria, marcó quizá el para algunos necesario cambio de modelo en el negocio de la venta de libros.

Uno de los ejemplos de trasvase de una librería tradicional a un nuevo concepto de venta de libros lo marca Cele Santos. Propietario de la librería El Buscón, hasta hace dos años situada en la calle Wences Moreno de la ciudad salmantina, se vio obligado a cerrar después de 25 años por “la bajada en la venta de libros”. Así, lo que inicialmente se convirtió en una tienda "online" para dar salida a un catálogo con más de 20.000 obras, dio un giro radical hace poco más de un año con el alquiler de un antiguo quiosco de venta de prensa situado en plena calle, en el paseo Carmelitas de Salamanca.

“Vender 'online' no era suficiente, quería ser visible en la calle y esta me pareció la mejor idea para ello”, explica Santos, quien no obstante se quita mérito sobre la originalidad de la idea. “No es nada nuevo, en Madrid o Barcelona existe este concepto de quisco-libro desde hace unos años”, relata mientras recuerda los puestos permanentes del mercado de San Antonio en la ciudad Condal o de la cuesta de Moyano en la capital de España. Reconoce, no obstante, que en Salamanca “es un concepto nuevo, una forma diferente de vender libros que da mucha visibilidad”.

Librería Re-Read donde se venden libros de tarifa plana y se compran libros de segunda mano. /Ical

Recordando los primeros días tras su apertura, Santos afirma que “la gente se quedó sorprendida y la idea ha gustado mucho”, aunque a la vez señala los tres principales problemas de la venta de libros a través del quisco.

Por un lado, “el espacio, que limita mucho. Hay un problema de capacidad porque solo caben unos 1.000 libros entre dentro y fuera, no hay más sitio, así que para que sea un espacio dinámico hay que cambiar los libros siempre”, señala. Por otro, el tipo de cliente, ya que “aquí, por el tipo de estructura, no pueden venir a pasar el rato o a ojear, y menos en invierno. Hay que enfocarlo a libros que llamen mucho la atención y se compren de paso, porque la gente no se queda aquí una hora”.

El último gran problema, y del que se bifurcan otros dos, tiene que ver con la propia venta. “El libro va quedando muy arrinconado en un mundo que cambia mucho en poco tiempo”, afirma Cele Santos, quien confía en que “no va a desaparecer, pero el bocado de público es cada vez más pequeño”. Y es que “la gente joven lee, pero en otros formatos tras la aparición de la tecnología” y, además, “cada vez queda menos en Salamanca, se van a las grandes ciudades, y eso también se nota”.

Otro novedoso concepto es el que lleva desarrollando la librería Hydria durante el último curso académico. Al habitual espacio de venta de libros, le ha añadido una cafetería que sirve también como lugar para conciertos intimistas y en acústico, presentaciones de libros y charlas divulgativas relacionadas con la cultura, especialmente la literaria. “Nos agradaba la idea de mezclar música con lectura y divulgación”, explica el dueño de la librería e impulsor de la idea, Jesús Rodríguez, quien sentencia que “las cosas no podían seguir como antes”.

Además de con la ubicación de la librería en el quisco, Salamanca también ha encontrado en otro concepto desarrollado en las grandes ciudades de España una nueva salida para el sector. Se trata del concepto de intercambio 'low-cost', donde el lector puede no solo adquirir libros a bajo coste sino dar parte de su biblioteca personal a cambio de una cantidad simbólica de 20 céntimos por cada ejemplar.