Efectivos del Seprona procedieron a la investigación de ocho personas por su implicación en presuntas irregularidades en la realización de cursos de formación de fitosanitarios, calculando que habría más de 7.000 personas afectadas.

La operación se inició el pasado mes de enero a raíz de la información y colaboración facilitada por el Servicio de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León. Gracias a la denuncia, se pudo constatar que varias empresas ofertaban estos cursos de formación compuestos por una primera fase 'online' de 16 horas lectivas y una segunda fase práctica, con nueve horas. Fue en la primera donde se detectó el uso masivo de direcciones IP idénticas por múltiples alumnos en unos tiempos muy reducidos, lo que hizo sospechar que eran realizados por robots informáticos o por un mismo usuario que conocía todas las respuestas.

Además, en algunos casos, no se impartía la fase teórico-práctica que se debe incluir y, en otros, los certificados de superación del curso se expedían antes de los exámenes finales, que se realizaban para grupos masificados con un único profesor, facilitando las condiciones para copiar. Igualmente, en el caso de que el alumno no entendiera las preguntas, los profesores rellenaban, marcaban o señalaban las respuestas. Durante la inspección se intervinieron baterías de 126 preguntas de las cuales 33 estaban remarcadas coincidiendo con las preguntas tipo test del examen final.

Los investigados corrían el rumor entre los agricultores de que todo aquel que tratase con fitosanitarios debía obtener un carné de manipulador, pues podía ser requerido por el Seprona durante las inspecciones de campo. Según la vigente legislación, este solo es necesario cuando se va hacer un uso profesional y presentado en las tiendas del sector para adquirir una mayor cantidad de producto a un precio con menor IVA.