Unas auténticas damas de la Edad de Hierro que se se encargaban de la preservación del sistema político y del orden social, según explica Elena Aznar, una de las arqueólogas del Imbeac que trabaja en el yacimiento.

Al fin y al cabo, la mujer que vivía en el oppidum de Monte Bernorio, ejercía de elemento vertebrador en los hogares y familias del castro ya que "básicamente" una de sus encomiendas principales, como sucedía en este tipo de civilizaciones, el cuidado de los hijos quiénes, según explica el director de las excavaciones y del Instituto Monte Bernorio de la Antigüedad en el Cantábrico, interiorizaban el código ético y moral de este tipo de sociedades por medio de la educación de sus madres, "una educación llevaba a cabo por la mujeres por medio del trabajo", destaca.

De hecho, existen testimonios de otros asentamiento de la época, como Numancia, que dan cuenta de que dado el carácter guerrero de estas sociedades eran las mujeres las que por medio de su papel de maestras "alentaban a los hombres a ir a la guerra" y, por ello, señala que "seguramente" halla habido mujeres con un peso político "importante".

Otro de los ámbitos en los que la esfera femenina era protagonistas, pese a la creencia de que es un terreno eminentemente de hombres, es la innovación en la tecnología. Un hecho que se pone de manifiesto en los avances observados en los husos textiles empleados por las mujeres del castro que, con el fin de implementar el equilibrio giroscópico y la rapidez de los mismo, desarrollaron cambios en la morfología "muy estudiados", comenta Elena Aznar. Por otra parte, las averiguaciones realizadas por el ente investigador en el yacimiento del norte palentino revelan que la mujer desempeña un papel "muy destacado" en los hogares de Monte Bernorio, y es que hay que tener en cuenta que la mayoría de los objetos y estructuras encontradas en las excavaciones "tienen mayor vinculación con el mundo femenino", recalca el director del Imbeac quien añade que, todo ello, se debe la mujer de la época se encargada de labores como el mantenimiento de la caza, la cocina, la elaboración de textiles del plan, entre otras, "entendidas casi como una actividad industrial y simultaneada con el cuidado de los hijos". Al contrario que los hombres, cuyas actividades eran desarrolladas en el exterior del castro.