Castilla y León contará con un plan para la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad, dotado con 747 millones hasta el 2020, con un modelo que abandona lo asistencial para hacer hincapié en los derechos y que va de la cuna al envejecimiento activo, con el empleo como prioridad. El plan, consensuado con el tercer sector y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) en la comunidad, se dirige a las casi 169.000 personas con distintas capacidades que viven en Castilla y León, con una apuesta por la figura del asistente personal, que les apoye en el empleo o la educación, para que puedan decidir cómo quieren vivir su vida. El plan, el primero de estas características que se articula en España, según la vicepresidenta del Ejecutivo castellanoleonés, Rosa Valdeón, es consecuencia de la ley sobre la misma materia que aprobó en 2013 la Junta, la primera autonómica, y se centra en las necesidades, con una perspectiva integral y a lo largo de todo el ciclo vital.

Asistente personal

El modelo se articula a través de seis itinerarios que acompañan al discapacitado desde la cuna, con el diagnóstico precoz, a su entrada en un sistema educativo inclusivo y su posible paso por la universidad, para lo que intentarán que los universitarios sirvan de asistentes personales a sus compañeros.