El Real Archivo de Simancas fue ocupado por una guarnición del ejército francés y entre 1810 y 1811 vio cómo salía de sus instalaciones un total de 7.800 legajos, que aglutinaban cientos de miles de documentos pertenecientes a la colección de Patronato Real y a fondos como los del Consejo de Estado, el Consejo de Aragón o el Consejo de Italia, entre otros.

Según reconoce a Ical la actual directora del Archivo General de Simancas, Julia Teresa Rodríguez de Diego, el expolio sufrido entonces por las tropas napoleónicas "es el único punto negro en la historia del Archivo de Simancas, que siempre ha gozado de una seguridad, una protección y una integridad tremenda". Aquel suceso tuvo a su juicio una trascendencia "muy relevante", ya que por fortuna el Archivo resistió íntegro la irrupción de otros conflictos bélicos en los que se ha visto envuelto el país en los últimos siglos.

Analizando los fondos expoliados, que regresarían finalmente al Archivo el 28 de junio de 1816 (el pasado martes se cumplieron dos siglos de la efeméride), Rodríguez de Diego explica que la colección de Patronato Real la creó expresamente Felipe II, a través de un archivero de su confianza al que confió la dirección del Archivo de Simancas. "En esa colección se concentran todos aquellos documentos de especial relevancia como acreditativos de los derechos del rey. Ahí estaban los testamentos reales, las capitulaciones, los acuerdos, los tratados con los distintos países y reinos, las instrucciones, los documentos acreditativos del patrimonio regio y del derecho de patronato real, el derecho al nombramiento de obispos y abades y ala percepción de rentas eclesiásticas? Es decir, el núcleo duro de los títulos del rey", relata.

Por otra parte, recuerda que el Consejo de Estado era el encargado de regular todas las relaciones exteriores del país, de forma que la documentación que alberga es "la que tiene una mayor proyección internacional y universal", hasta el punto de que "prácticamente todos los espacios o territorios de todos los continentes" están representado en esa colección.

"Hay documentos de Grecia, Georgia, Armenia, Rusia, de los países árabes y de todos los países europeos con los que se mantenían relaciones exteriores", desgrana.

Tras la derrota de Napoleón y el desmembramiento del imperio, en el Congreso de Viena celebrado en Austria entre octubre de 1814 y junio de 1815, se acordó la devolución de la mayor parte de documentación requisada por Francia al resto de estados.