La Guardia Civil de Castilla y León desarticuló una organización que se dedicaba a expedir licencias de caza falsas, a través de una agencia de cazadores, que captaba por internet a sus clientes que cazaban en cotos de la región.

El 'modus operandi consistía' en que, una vez acordado el precio con la agencia, ésta se ponía en contacto con el guía, que se hacía con copias falsificadas de las autorizaciones del titular del coto elegido y le hacían creer al cliente que su actividad era legal, mostrando incluso al cazador el precinto para colocar en la pieza por si había animal abatido. Así el cazador pagaba primero a la agencia y también al guía, el cual cobraba cazara o no cazara ningún trofeo.

La Guardia Civil investiga a las agencias de captación así como a los cazadores por si tenían conocimiento de la actividad ilícita de los supuestos guías. La operación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.