Fieles a la tradición y pese a la lluvia intensa que caía, un año más, cientos de bejaranos salieron a las calles del municipio a disfrutar del esperado desfile de los 'Hombres de Musgo', cuya costumbre evoca a una leyenda que data del año 1267 y que terminó con la liberación de la ciudad tras el asedio de los musulmanes.

Y es que, fue entonces cuando ante la invasión y asedio de los musulmanes, los vecinos de Béjar se escondieron en las montañas de los alrededores del municipio. Un pequeño grupo de ellos, ocultos en el paraje del Castañar idearon una estrategia ofensiva. Para pasar desapercibidos y poder llegar sin despertar sospecha a la muralla cubrieron sus cuerpos con musgo. Mientras se acercaban fueron avistados por los centinelas árabes que confundiéndolos con monstruos huyeron de lugar y se rindieron.

Sin embargo, no es la única leyenda popular que circula y también hay voces que señalan que esta tradición de vestirse con capas de musgo procede del siglo XIV, cuando en las fiestas cortesanas se empezó a imponer la moda de disfrazarse de salvaje. Finalmente, la historia más belicosa fue la que terminó por imponerse y la que se conmemora año tras año con este despliegue en el que se engalanan las calles del municipio con flores y con plantas de tomillo.

El ritual comienza a las 9.30 de la mañana cuando los seis defensores del municipio salmantino de Béjar, en esta ocasión cuatro hombres y dos mujeres, llegan al Convento de San Francisco, que hace las veces de vestidor, para acicalarse con los pliegos de musgos que después lucirían en el desfile de la procesión del Corpus por las calles de la población. Los elegidos, de entre una lista de espera que ya no admite a nadie hasta el año 2023, llevan a cabo un recorrido que resulta muy exigente físicamente ya que el traje puede llegar a pesar más de15 kilos.

No obstante, y para tratar de reducir esta carga, el musgo que cubre cuerpo y cabeza de los 'defensores' se seca en los días previos aunque en esta ocasión la lluvia que cayó momentos antes de iniciarse el desfile no ayudó. Al atuendo se suma también una porra que termina de otorgarles este aspecto monstruoso que relata la leyenda. La celebración, que no se interrumpe pese a las inclemencias del tiempo desde hace 80 años, fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2010 y según palabras del alcalde, Alejo Riñones, su intención es ser declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.

En el acto también estuvo presente el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, que acudió a respaldar la celebración de la ciudad textil a la que definió como "única e irrepetible" en el conjunto de España. Asimismo, encumbró la labor de su alcalde defendiendo esta tradición que gracias al "coraje y la valentía" de un pueblo como el bejarano no corre peligro.