El Tribunal Superior de Castilla y León (TSJCyL) ha condenado a la Consejería de Sanidad al abono de 55.000 euros en concepto de indemnización de daños y perjuicios a los familiares de un paciente de 35 años, que falleció de un infarto en 2012, tras un proceso de apendicitis mientras permanecía ingresado en el Hospital Clínico de Valladolid. Pese a los síntomas, no le fue practicado un electrocardiograma, según recoge la sentencia facilitada por la Asociación El Defensor del Paciente.