El consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, Fernando Rey, negó ayer que desde su departamento se diera "algún tipo de indicación o instrucción" a los tribunales que examinaron a los opositores a maestros en la convocatoria de 2009, tal y como recoge la sentencia del Tribunal Supremo, que obliga a Educación a volver a baremar a parte de esos candidatos. El consejero indicó que la Consejería acata el contenido de la sentencia y procederá a cumplirla en sus estrictos términos, si bien está estudiando si recurre o no. Según sostuvo, en la sentencia se indica que "a partir de ciertos indicios que no se concretan en la sentencia, alguna autoridad de la Consejería, que tampoco se concreta, habría dado unas instrucciones, que tampoco se concretan en la sentencia, a los tribunales".