Renault y los sindicatos han logrado cerrar un acuerdo para optar a un III Plan Industrial que supone 2.000 contratos indefinidos en los próximos cuatro años y una subida del salario del 3,5 % desligado al IPC, que deberán ratificar los afiliados en asambleas. Casi dos meses han durado las negociaciones entre la dirección de Renault en España y los sindicatos UGT, CC OO y SCP, con acelerones y frenazos, pero que finalmente la noche del jueves, y tras más de dos horas de reunión, dio sus frutos con un acuerdo que, de prosperar, permitirá a las plantas de Valladolid, Sevilla, Madrid y Palencia tener más carga de trabajo.

Este plan, con vigencia de cuatro años, supone la realización de un mínimo de 2.000 contratos indefinidos, desde la firma del acuerdo hasta el 31 de diciembre de 2020, en los que estarán integrados un mínimo de 1.400 relevistas de los acuerdos 2010-2013, 2014-2016, 2017- 2020, además de dar continuación al plan de invalidez.

En materia salarial, el acuerdo incluye un incremento fijo a tablas de más del 3,5 % desligado del IPC, con el abono de la cláusula de revisión salarial a partir del 2 % en una paga lineal no consolidable.

Además, se incrementará el precio punto de la prima por objetivos en 2,5 euros, distribuido en 0,75 céntimos, 0,50, 0,50 y 0,75 para cada uno de los años, pasando de 1.004 a 1.498 euros.

Habrá también una paga única lineal de 500 euros para todos los trabajadores a la firma del acuerdo. Se ha pactado también la exclusividad de fabricación de los modelos Megane y Kadjar en Palencia.

En Castilla y León, el acuerdo ha sido bien recibido, aunque su presidente, Juan Vicente Herrera, no ha querido lanzar un mensaje de "euforia" porque otras dos empresas (Lauki y Dulciora, con plantas en Valladolid) están amenazadas de cierre.