Agentes de la Policía Nacional desarticularon una organización dedicada a la trata de mujeres de origen sudamericano con fines de explotación sexual en pisos de las localidades de Ponferrada (León) y Ferrol (A Coruña). Una de las víctimas denunció que, tras pedir unos 200 euros prestados a dicha organización, había sido obligada a ejercer la prostitución hasta devolver 4.000 euros, cantidad en la que se había convertido la deuda inicial en pocos días. En esta operación fueron detenidas ocho personas por delitos de trata de seres humanos y registrado cinco pisos.

Según informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno en León, la investigación se inició a raíz de la denuncia de dicha víctima presentó en la Comisaría de Policía de El Ferrol/Narón. En su declaración, la mujer explicó que, debido a la precaria situación económica en la que se encontraba, sin trabajo y separada de su pareja, había tenido que enviar a sus hijos de vuelta a su país de origen, Brasil, tras haber perdido su domicilio, teniendo que vivir desde entonces en casas de amigas y dependiendo de su caridad.

Ante tal situación, la mujer señaló que se había visto obligada a pedir un préstamo a la organización, unos 200 euros. De esta manera fue introducida en el mundo de la prostitución por los prestamistas-explotadores, al no tener otro medio para hacer frente al pago de su deuda. Los explotadores se encargaban de negociar con los clientes el precio de los servicios y de cobrar las tarifas correspondientes.

En los pisos de la organización, cuentan esas mismas fuentes, las mujeres dormían juntas en una única habitación, en la que debían permanecer todo el tiempo hasta que llegaba un cliente, momento en que debían salir y exhibirse ante él para que éste pudiera escoger a una de ellas. A continuación, la elegida tenía que irse con el cliente a la habitación de trabajo, donde debía permanecer el tiempo estipulado por la organización para la duración del servicio.