El Grupo Popular vinculó ayer, de nuevo, la reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña a los informes técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y rechazó su cierre en base a "un capricho" de los partidos de izquierda, que defendieron que la planta no siga operativa por entender que está "obsoleta" y no es segura para los vecinos de la zona de Las Merindades. La procuradora del PP Irene Cortés antepuso criterios técnicos, los 1.600 empleos directos e indirectos en la zona y el mantenimiento de la población como argumentos para explicar el voto en contra de su grupo en el pleno de las Cortes a la iniciativa de Podemos, apoyada por PSOE e IU, mientras que Ciudadanos se abstuvo. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) informó ayer de que el informe sobre la central nuclear solicitado por el Gobierno para adoptar una decisión sobre la prórroga de su autorización de funcionamiento se remitirá durante el segundo semestre del presente año.