En inspector de la Policía Nacional de Burgos, perteneciente a la unidad de Policía Judicial, a preguntas del Ministerio Fiscal, aseguró que es "manifiestamente falso" que él y su compañero coaccionaran a Montserrat González para que confesara los hechos.

Montserrat, en su declaración, se mostraba muy preocupada por su hija y decía que había matado a Isabel Carrasco porque estaba "harta del trato que daba a Triana". "Ella cuando contaba este relato (presuntas vejaciones de Carrasco a su hija) estaba desencajada, tenía que claro que era Isabel Carrasco o su hija".

Montserrat incluso llegó a decir, según los agentes, que había oído que "había que contratar a un sicario para matar a esta persona" (Isabel Carrasco) y que ella había dicho "que va, eso ya lo hago yo". No obstante, en esa primera declaración en "ningún momento" Montserrat se refirió a los supuestos abusos sexuales de la víctima a su hija Triana.

Uno de los policías de Burgos ha dicho que no entiende la participación de Gago en los hechos. "No entendía la participación de Raquel en ese momento y sigo sin entenderla", ha sentenciado y ha reconocido que hubiera tenido "tiempo de sobra" para deshacerse del arma.

Otros testigos

Durante la mañana de este lunes, además, han declarado otros testigos, entre ellos, la agente de Policía Nacional encargada de realizar a la autora confesa la prueba de residuos de bala, que ha afirmado que Montserrat se mostró dubitativa previamente y que no se decidía si realizarse la prueba o no. "Simplemente decía ¿por qué tengo que hacer eso?, decía, no, no, no sé". A esto, la agente ha indicado que dijo a Montserrat que ella no podía obligarla y que "era muy fácil, tenía que decir sí o no". Montserrat, finalmente, decidió acceder a hacerse la prueba. No obstante, previamente se frotaba mucho las manos, algo que la agente de policía ha achacado a la intención de la acusada de eliminar los posibles rastros del arma en sus manos.

Otros de los agentes de Policía Nacional que han prestado declaración ayer han ofrecido detalles de los reportajes fotográficos realizados en la escena del crimen, así como en el coche de Raquel Gago, lugar donde se encontró el arma revólver, y en el domicilio de Triana Martínez.