La defensa de la policía local Raquel Gago, una de las tres acusadas por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, recalcó ayer que las pruebas que la incriminan son un cúmulo de fatales casualidades, y ha pedido que se respete la presunción de inocencia.

El letrado Fermín Guerrero, que representa a Raquel Gago, ha señalado que cuando Raquel se enteró que su amiga Triana Martínez estaba acusada de la muerte de Isabel Carrasco, se bloqueó y no supo reaccionar, pero en cuanto encontró el arma en su coche, treinta horas después, reaccionó y lo primero que hizo fue entregarla en Comisaría.

Además, recalcó en la primera sesión del juicio que en ese periodo de tiempo siguió con su vida normal, lo que hubiera sido imposible en caso de haber participado en el crimen.

Raquel Gago abandonó a finales de enero de 2015 el centro penitenciario de Mansilla de las Mulas (León) tras haber pasado en él más de ocho meses y después de que la Audiencia provincial ordenase libertad provisional bajo fianza de 10.000 euros, revocando así la decisión de la instructora del caso.

Gago fue encarcelada tras entregar en Comisaría el arma que acabó con la vida de Isabel Carrasco y ofrecer unas explicaciones confusas sobre cómo había llegado a su poder.