Triana Martínez, acusada del crimen de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, exculpaba ayer a la policía local Raquel Gago de cualquier implicación en la muerte de la política leonesa, y ha asegurado que siente haberla metido en un problema.

Martínez lo ha confesado durante su comparecencia en el juicio por el crimen, del que también están acusadas su madre y asesina confesa, Montserrat González, y la policía local Raquel Gago.

Triana ha reconocido que el 12 de mayo de 2014 su madre la avisó por teléfono de que había visto a Carrasco e iba a acabar con ella.

"Mi madre me dijo: "Estoy viendo a Carrasco, voy a terminar esto, ya verás"", declaró la joven, quien ha explicado que se dirigió hacia donde pensaba que estaba su madre, vio cómo tiraba el bolso en el que guardaba el arma y lo recogió, aunque sin mediar palabra, porque pensaba que podía ocultar alguna de las armas reglamentarias de su padre, inspector de Policía. También relató que a continuación llamó a Raquel Gago para saber si había visto hacia dónde se había dirigido su madre, aunque no llegó a hablar con ella, y minutos después se encontró casualmente con su amiga.

En ese momento, dejó el bolso con el arma en el coche y le dijo que iba a la frutería. "Pensaba volver y recoger el bolso pero no pude porque enseguida me detuvieron", ha apostillado una apesadumbrada Triana, quien ha lamentado haber creado un problema a su amiga, a la que definió como una persona "buena, tímida, introvertida y maja".