El Plan Hidrológico del Duero inicia su desarrollo con la publicación ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del Real Decreto mediante el que se aborda el segundo ciclo de planificación hidrológica (2016-2021) en todas las cuencas competencia del Estado. Su objetivo es atender las demandas de agua y hacer compatibles los usos socioeconómicos con el buen estado de las masas de agua. El nuevo Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero contempla una inversión de 1.357 millones de euros en seis años para atender las demandas de agua y hacer compatibles los usos socioeconómicos con el buen estado de las masas de agua. Este plan, que tiene su horizonte en 2021, es un segundo proceso de planificación del agua de mejora continua que planifica, materializa, comprueba resultados y revisar la planificación para iniciar un nuevo ciclo. Entre sus objetivos también figura el de mitigar los efectos indeseados de las inundaciones y las sequías, tratando de que se reduzca el riesgo de las primeras y se mitiguen los efectos de las segundas.

Esta inversión se concreta en nueve líneas de trabajo, "consideradas imprescindibles", que a su vez se desglosan en más de 1.600 actuaciones hasta el año 2033. Es más, hasta esa fecha, la planificación estima un presupuesto de 3.300 millones de euros, a razón de 1.773 millones para el período 2022-2027; 178,54 entre 2028 y 2033, a los que se unirían los 1.357 millones previstos para el llamado segundo ciclo de planificación y los 1.280 del primero, que arrancó en 2010 y concluye este 2015.

Demarcaciones

En concreto, la programación aprobada por el Gobierno afecta a las demarcaciones hidrográficas del Cantábrico Occidental, Cantábrico Oriental, Miño-Sil, Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir, Segura, Júcar, Ebro, Ceuta y Melilla. Los planes hidrológicos, correspondientes al periodo 2016-2021, se han sometido previamente a un amplio proceso de información pública y han sido informados favorablemente y por una amplia mayoría por el Consejo Nacional del Agua, con más de 80 por ciento de votos a favor.

Según el Gobierno, la aprobación de los planes hidrológicos del segundo ciclo va a permitir además a nuestro país impulsar una política del agua destinada a alcanzar un equilibrio entre la consecución de los objetivos ambientales y los objetivos de atención a las demandas.