Los 16 "puntos negros" de la red viaria de Castilla y León detectados por la Dirección General de Tráfico (DGT) el pasado año concentraron 61 accidentes en los que se registraron 103 heridos y dos fallecidos. Estas cifras mantienen la tendencia positiva iniciada en 2003, cuando se contabilizaron 71 puntos negros, en los que se registraron 276 siniestros, con 479 heridos y 16 fallecidos, aunque suponen un ligero incremento en comparación con 2013, cuando en los 15 puntos negros localizados se registraron 53 siniestros con 89 heridos y tres fallecidos.

Con relación al año 2013, sólo repiten dos tramos en la lista de los más peligrosos. Concretamente el ubicado en el kilómetro 91,6 de la Sa-20, a la altura de la localidad salmantina de Santa Marta de Tormes, donde el pasado año se contabilizaron siete accidentes con ocho heridos y en CL-602, en la localidad vallisoletana de Íscar, donde se contabilizaron tres accidentes que dejaron seis heridos.

Los 16 "puntos negros" de la Comunidad -tramos que para la DGT tienen esta consideración si durante un año natural se detectan tres o más accidentes con víctimas- se concentran en Valladolid (5) y Salamanca (4), Ávila (2), León (2), Segovia (2) y Burgos (1), mientras que en Palencia, Soria y Zamora no se localizó ninguno.

Teniendo en cuenta el número de heridos, el tramo más peligroso se localiza en Burgos, en el Nudo Landa -punto kilométrico 235,4 de la A-1-, donde se contabilizaron cinco accidentes que dejaron un balance de 12 heridos y un fallecido. Por detrás se encuentra un tramo de la N-620 -kilómetro 230- a la altura de la localidad salmantina de Castellanos de Moriscos, donde se registraron nuevos heridos y un fallecido en tres accidentes.

A nivel nacional, son 510 los puntos negros detectados por la DGT en los que el pasado año perdieron la vida 23 personas.

Por otra parte, según el último informe Eurorap, estudio elaborado por un consorcio internacional formado por clubes de automovilistas, entre los que figura el RACE, y fabricantes, y en el que se analiza la accidentalidad de los últimos tres años en función del volumen de tráfico, solo dos tramos de las de carreteras castellanas y leonesas se encuentran entre los veinte más peligrosos del país. Así, el tramo de la N-629 entre Revilla de Pienza y el límite con Cantabria, en Burgos, suma cinco accidentes y un indice de riesgo alto (108 puntos), mientras que la N-403, entre el pantano de El Burguillo y la provincia de Madrid, se han contabilizado siete siniestros con dos fallecidos y ocho heridos graves. A estos dos puntos, entre los cien primeros hay que añadir otros trece con un índice de peligrosidad inferior. Aquí destaca la provincia zamorana con cuatro puntos negros en las nacionales 610, con uno, y 112, donde se concentran otros tres. Ávila, Segovia y Valladolid acumulan cada una de ellas tres tramos de carreteras con un riesgo de accidente alto. El informe analiza en Castilla y León 5.518,8 kilómetros de los que 897,4 registraron un riesgo elevado de accidente, el 16,6 por ciento del total, lo que coloca a las carreteras castellanas y leonesas como las quintas más peligrosas del país, sólo superadas por las de Aragón (18,3 por ciento), Asturias (18,8 por ciento), Cataluña (18,9 por ciento) y Galicia (19 por ciento). En el lado opuesto se sitúan Murcia, País Vasco y Navarra, con un índice cero, y Madrid.