Las carreteras de Castilla y León registran una media anual de más de 90 accidentes con ciclistas implicados. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en los últimos tres años se han contabilizado en la Comunidad 278 accidentes con un balance de 16 fallecidos, medio centenar de heridos graves y 214 leves. El último siniestro mortal se produjo en Zamora el pasado 23 de julio a las afueras de la capital, en el kilómetro 1 de la carretera ZA-P-2223, a Almaraz, cuando una persona de 70 años de edad murió tras ser atropellado por un turismo.

A pesar de que el pasado año se acumularon un centenar de siniestros en la región en los que perdieron la vida tres ciclistas y 14 acabaron en el hospital, y que esta cifra de accidentes es la más alta de los últimos años -en 2009 se contabilizaron 64 accidentes- hay una clara y lenta tendencia a la baja en el número de accidentes. Así, nivel nacional se ha pasado del más de centenar de victimas mortales del inicio de la década de los noventa, al medio centenar de media en los últimos años.

De todas formas, y a pesar de los avances, el ciclismo profesional reclama una mayor apuesta por la educación, para que el ciclista sea respetado realmente por los conductores, incrementar los controles en las carreteras y un endurecimiento de las sanciones.

Por provincias, Burgos se sitúa a la cabeza con 58 accidentes en los últimos tres años, por delante de León con 51. En el lado opuesto se sitúan Soria, con 11, y Zamora, con 17. En Ávila se contabilizaron 35; en Valladolid, 33; en Salamanca, 29; en Palencia, 23, y en Segovia 21. En cuanto al número de fallecidos, Valladolid se sitúa a la cabeza con 4, por delante de Zamora (3) y de Burgos, León y Salamanca, donde se contabilizaron dos. Ávila fue la única provincia sin fallecidos.

El accidente con más repercusión ocurrió el 29 de junio cerca de Segovia, en el que perdió la vida Antonio Llorente Illera, de 76 años de edad y uno de los fundadores del Club Ciclista 53x13, que fue atropellado por un camión cuando circulaba por la N-603. Los otros tres accidentes mortales se registraron en Medina de Pomar (Burgos), el día 7 de enero, cuando un varón de 58 años fue arrollado por un turismo en la BU-551; en la también localidad burgalesa de Sotopalacios, donde un joven de 33 fue atropellado a la altura del kilómetro 10 de la N-623, a pocos metros del casco urbano, el 28 de febrero, y en León, cuando un joven de 22 años fue atropellado por un vehículo en la carretera de Carbajal de la Legua.

Carlos Sastre

El abulense Carlos Sastre, exciclista profesional y ganador del Tour de Francia en 2008, tiene claro que la educación desde la infancia es el único camino para que la ratio de accidentes con ciclistas descienda y sea similar al de países nórdicos o centroeuropeos, “donde si existe un respeto real entre conductores, peatones y ciclistas”.

Detrás de la educación, Sastre situaría el endurecimiento de las sanciones para los conductores que ponen en peligro la vida de los ciclistas. “ De todas formas, son necesarias más campañas de concienciación, ya que hoy en día la mayoría de conductores no saben cómo se debe adelanter a un ciclista”.

López Cerrón

En la misma línea se pronunció el presidente de la Federación Española de Ciclismo, el vallisoletano José Luis López Cerrón, que reconoció que “todavía estamos lejos de la cultura de la bici que hay en países europeos como Holanda, Alemania, Suiza o Bélgica, donde es el medio de transporte más habitual en las ciudades”.

De todas formas, López Cerrón indicó que en los últimos años se están produciendo avances, especialmente en las ciudades gracias al incremento de los carriles-bici, y también debido a las nuevas normas aplicadas por la DGT como la posibilidad de circular el grupo y la obligación que tienen los conductores de dejar un margen de metro y medio cuando adelantan a un ciclista.

A su vez, López Cerrón insistió que se trata de uno de los problemas que más preocupa a la Federación al afectar directamente al ciclismo base. “En más de un ocasión los padres de niños que se inician en este deporte son reacios por los riesgos que conllevan los entrenamientos en carretera”, aseveró.

Carlos Barbero

Por su parte, el ciclista profesional burgalés Carlos Barbero, enrolado en las filas del Caja Rural, también resalta la necesidad de una mayor concienciación y asegura que las medidas coercitivas son las más eficaces para que muchos conductores “comprendan que los ciclistas también tenemos derechos cuando vamos en carretera”.

Barbero, que desde hace diez años entrena a diario por carretera, reconoce que la situación ha mejorado, pero denuncia que “la exposición al peligro sigue siendo muy alta. Raro es el día que no me llevo un susto, que el retrovisor de un coche me pasa rozando o que un conductor que circula en sentido contrario inicia un adelantamiento sin importarle mi presencia”.

Este joven esprínter tiene claro que igual que a base de sanciones y campañas de concienciación se ha logrado el uso generalizado del cinturón de seguridad, el respeto a los ciclistas también tiene que ir acompañado de mano dura. En este sentido propone que agentes camuflados de la Guardia Civil se suban a la bicicleta para sancionar a los conductores que infringen las normas a la hora de adelantar a un ciclista. “Vivimos en una sociedad que vive contrarreloj, pero todo el mundo debe tener claro que no se puede poner en peligro la vida de nadie por perder treinta segundos a la hora de hacer un adelantamiento”, sentencia.

Javier Mínguez

Menos optimista se mostró el seleccionador nacional de ciclismo, el también vallisoletano Javier Mínguez, que aunque no duda de la eficacia que pueden tener algunas medidas, argumentó que los coches y las bicicletas son “polos opuestos”. “Los accidentes por despistes siempre existirán y en el caso de los ciclistas el riesgo se incrementa por ser la parte más débil que siempre tiene todas las de perder”

Mínguez , que reconoció que a lo largo de su etapa como corredor y después como aficionado ha tenido más de un susto “e incluso he visto a compañeros caer a mi lado”, también resaltó que “aunque son las menos veces, en ocasiones los accidentes también los provocamos los propios ciclistas”.