El Grupo Popular aprobó ayer en solitario, en el pleno de las Cortes, sus medidas de transparencia y lucha contra la corrupción, despreciadas por la oposición socialista que afirmó que "no se fía" de la palabra de los populares y por ello declinó dar su respaldo a lo que considera un lavado de cara ante los casos de corrupción que asolan y acorralan a ese partido.

La mayoría popular votó en contra de la propuesta del Grupo Socialista y éste se abstuvo en la de los populares, lo que interpretó su portavoz, Carlos Fernández Carriedo, como una voluntad de colaboración en un futuro, si bien la socialista Ana Redondo proclamó que el PP "no es creíble" y le pidió que "actúe" en los casos de corrupción y en la transparencia con la creación de una comisión de investigación sobre contratos con la red Púnica. Los dos procuradores del Mixto -IU y UPL-, presentes en el hemiciclo, no votaron.