El joven Álvaro Martín, de la localidad vallisoletana de Serrada, resultó ayer ganador del Toro de la Vega, un festejo que se saldó con cuatro personas heridas por asta de toro, una en estado grave, y que, como en ediciones anteriores, estuvo marcado por las fuertes protestas de un grupo de antitaurinos que se reunieron en Tordesillas para reclamar su abolición.

Debido a las protestas del centenar de manifestantes que se dieron cita en Tordesillas horas antes del festejo, la salida de "Elegido", un toro de la ganadería burgalesa de Antonio Bañuelos, de 600 kilos de peso y pelo negro, prevista para las 11 horas, se tuvo que retrasar 23 minutos.

Una hora antes del inicio del torneo, los manifestantes ya habían formado a la salida del puente sobre el río Duero una cadena humana para intentar impedir de la salida del animal. La concentración fue disuelta por agentes de la Guardia Civil, integrantes de la Agrupación de Reserva y Seguridad (GRS), que fueron retirando, uno a uno, a los manifestantes contrarios al torneo, incluidos a los que se esposaron en el puente. En muchos casos los agentes tuvieron que emplearse a fondo, dado la resistencia de los concentrados a retirarse del recorrido del festejo. De todas formas, y según fuentes de la Benemérita, en ningún momento el dispositivo desplegado por Guardia Civil tuvo que cargar.

Mientras los detractores de este festejo, en su mayoría jóvenes provenientes de Madrid, Galicia, y Cataluña, corearon proclamas como: "La tortura no es cultura" y "Aquí estamos, nosotros no matamos", los partidarios del festejo contestaron con gritos contrarios a la manifestación y vivas al Toro de la Vega. En todo momento se mantuvo un cruce de acusaciones y de insultos entre ambos, que minutos después se trasladó al campo, cerca del límite establecido para lancear al astado, donde un grupo de antitaurinos volvió a reclamar la abolición del torneo.

Al margen de estos incidentes, los asistentes y los miembros del Patronato del Toro de la Vega declararon que fue que se trató de un torneo espectacular. El astado protagonizó peligrosas y emocionantes carreras y no fue hasta pasados 40 minutos cuando entró en la zona autorizada por la organización para ser lanceado. Allí, el protagonismo fue para el joven Álvaro Martín, de 28 años que lanceó en tres ocasiones al toro.

Además de las cuatro personas heridas por asta que fueron trasladadas a hospitales vallisoletanos, más de una treintena fueron atendidas en el dispositivo desplegado por Cruz Roja, la mayoría por heridas y contusiones como consecuencias de las piedras que se lanzaron detractores y defensores de este torneo.

Por otra parte, la Guardia Civil detuvo a dos manifestantes por provocar un incendio en unos matorrales. Tras prestar declaración fueron puestos en libertad.