La multitudinaria manifestación ayer en Madrid en apoyo de la minería acabó por convertirse en un clamor contra las nuevas medidas de ajuste anunciadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en medio de cargas policiales y de enfrentamientos.

La Policía detuvo a ocho personas en el transcurso de una carga frente a la sede del Ministerio de Industria al final de la marcha de los mineros del carbón, mientras que al menos 76 personas, 33 de ellas policías, resultaron heridas de distinta consideración, en su mayoría leves. También a la altura del estadio de fútbol Santiago Bernabéu, cercano al ministerio, se registraron enfrentamientos entre los antidisturbios y los mineros, que denuncian con estas protestas el recorte del 63 % de las subvenciones para este año, que provocará, según lamentan, el cierre de las minas del carbón.

Mientras la marcha, que congregó según los convocantes a más de medio millón de personas, transcurría por la capital española, en el Congreso de los Diputados Rajoy anunciaba nuevos recortes sin hacer alusión, como criticaron los líderes sindicales, al conflicto de la minería. La Delegación del Gobierno en Madrid, por su parte, cifró en 10.000 los asistentes a la manifestación. En sus intervenciones al concluir la marcha, los sindicatos CCOO y UGT anunciaron la convocatoria de una «movilización general» antes de que acabe julio para protestar contra los nuevos ajustes, entre ellos la subida del IVA y la eliminación de la paga extra de Navidad a los funcionarios.

Cuatro columnas de mineros de Asturias, Castilla y León y Aragón abrieron la multitudinaria manifestación, que discurrió por el madrileño Paseo de la Castellana y fue protagonizada por el estruendo de los continuos petardos que los mineros lanzaban a su paso. Durante la marcha se gritaron pocas consignas, ya que el ruido de los petardos centró un recorrido sólo interrumpido cada vez que los mineros cantaban el himno «Santa Bárbara bendita». Tras las cuatro columnas, la cabecera sindical lideraba la marcha en la que se han visto pocos políticos, con la excepción de algunos diputados autonómicos de Aragón, Asturias y Castilla y León y los alcaldes de las comarcas mineras asturianas, después de tres días encerrados en sus ayuntamientos como medida de apoyo.

Después de más de dos horas de recorrido, los manifestantes llegaron a la sede del Ministerio de Industria, donde se produjeron gran parte de los incidentes. Concentrados alrededor de las vallas que rodeaban el perímetro de seguridad del ministerio, los manifestantes corearon consignas como «el enemigo está dentro» y «no somos terroristas, somos mineros».

La manifestación arrancó apenas ocho horas después de que finalizase en la Puerta del Sol la marcha nocturna del carbón, celebrada una vez que la «marcha negra» llegara la pasada madrugada al emblemático «kilómetro cero» arropada por miles de personas tras 20 días de caminata. Mientras el ministro de Industria, José Manuel Soria, considera «metafísicamente imposible» atender las reivindicaciones del sector minero, el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, insistía ayer en que el conflicto minero se tienen que «reconducir» para que las empresas del sector puedan seguir hasta 2018.