Cuando el próximo viernes, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; su homólogo de Galicia, Alberto Núñez Feijoó, y el presidente de la Comisión de Coordinación y Desarrollo de la Región Norte de Portugal, Carlos Lage, estampen su firma para la constitución de la macrorregión del suroeste europeo habrán unido los intereses de tres territorios que suman el 12,3 por ciento del Producto Interior Bruto de la Península Ibérica, el 15,4 por ciento de sus habitantes y un territorio de casi un cuarto de la extensión de la vieja piel de toro.

Castilla y León, Galicia y Portugal conforman un territorio de 145.000 kilómetros cuadrados, es decir, más extenso que la mayoría de países de la Unión Europea, entre ellos Bulgaria o Grecia, por ejemplo. En este amplio espacio viven 9 millones de personas que generan una riqueza que suma 159.873 millones de euros, lo que supone el doble que la de Lituania; tres veces más que Eslovenia; cuatro, que Letonia, y cinco, que Estonia. Un territorio, con diez universidades públicas y otras ocho privadas y con quince bienes declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.

Los responsables de las tres comunidades que impulsan la macrorregión han diseñado cinco ámbitos de colaboración que tienen que ver con la economía y la industria, el empleo, el medio ambiente, las universidades y la investigación y la cultura y el turismo. La colaboración económica parte de una estructura productiva similar. Pese a los tópicos las tres regiones comparten una característica común: son ante todo economías de servicios. Más del 60 por ciento de su Valor Añadido Bruto proviene del sector terciario en ambos casos, mientras que la industria tiene un peso del 19 por ciento tanto en Castilla y León como en Galicia y se eleva al 25 por ciento en la región norte de Portugal. La construcción representa un 14 por ciento de la riqueza gallega; el 12 de la de Castilla y León y apenas un ocho por ciento de la parte lusa, mientras que el peso de la agricultura es mayor en la Comunidad (ocho por ciento), que en Galicia (cinco por ciento) y Portugal (dos por ciento).