El nuevo Plan Hidrológico del Duero incluirá escenarios de cambio climático ante la previsión de la reducción paulatina de las precipitaciones en la cuenca. Para ello, fijará un conjunto de medidas y actuaciones con el fin de garantizar el agua tanto para agricultura -donde se estima que la demanda caerá con motivo de la modernización del regadío- como para abastecimiento humano y de la industria -sectores donde las solicitudes aumentan-, según explicó el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Antonio Gato.

El nuevo documento, que marca las reglas de juego de las decisiones en política del agua, se extenderá hasta el año 2015, fecha que se ha hecho coincidir con la finalización de la actual Directiva Marco del Agua, cuyo principal objetivo es que en ese horizonte esté garantizado el buen estado ecológico de los ríos. En su elaboración, la Confederación ha contado con la opinión de más de 1.000 entidades que han aportado sus puntos de vista para definir un texto normativo que fijará desde los caudales ecológicos, dotaciones para abastecimiento y regadío, previsiones de incremento de superficie regada, requisitos para otorgar concesiones, etc.

En concreto, el Plan Hidrológico establecerá tres tipos de escenarios: situación de normalidad; situación irregular, en la que se prevé la existencia de años lluviosos intercalados con años de sequía; y el escenario de cambio climático, con una reducción continua de las precipitaciones. “Hablar de este último aspecto en un año muy lluvioso parece paradójico, si bien todo indica que puede ser un paréntesis. Lo que parece claro es que el ciclo sea de reducción de la pluviometría, y esto es algo que incluirá el plan”, dijo.

En concreto, el plan fijará nuevas previsiones de inversión en infraestructuras por parte de las distintas administraciones, combinadas con estimaciones de demanda, y de la climatología. “Estamos trabajando en las alternativas que incluirá el plan”, explicó el presidente de la CHD, quien precisó que ya se están haciendo cosas desde el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino donde existen problemas.

Medidas de choque

Así, se refirió al abastecimiento a la población en Segovia, donde en años de sequía no hay disposición de agua a finales de verano. Para evitar la situación se están construyendo pozos de emergencia, incluidos en el Decreto de Sequía, al tiempo que el Gobierno central ha manifestado su voluntad de “liderar” el recrecimiento de la presa de Puente Alta, siempre que colaboren económicamente la Junta y el Ayuntamiento, que son los que tienen las competencias de abastecimiento.

En el Sistema del Carrión, donde los dos embalses son incapaces de atender la demanda, el Ministerio de Medio Ambiente trabaja en un estudio de alternativas a la regulación, aunque, a juicio de Gato, sería suficiente con la modernización del regadío en la zona, “algo que no se ha hecho”, y que implicaría ahorrar un 40 por ciento de agua.

Además, en el ámbito del embalse de Barrios de Luna tiene asociada un área regable de unas 60.000 hectáreas que, en los años medios y en los buenos tiene atendida la demanda. Si bien, en los secos, “están un poco justos para sacar adelante la campaña”, por lo que se está estudiando una regulación adicional del río Omañas.

Premisas

Entre las premisas del plan figuran, por ejemplo, inventarios de los recursos hidráulicos superficiales y subterráneos así como las normas para una correcta explotación de los mismos en situaciones normal y de riesgo; actualizar los usos asignados a los recursos existentes; asignación y reserva de los recursos para los usos actuales y futuros; al tiempo que marca las características básicas de la calidad del agua y las mejoras en la red de control de las superficiales, y establece una red de control de las subterráneas.

Además, incluye los criterios a la hora de diseñar las mejoras de los regadíos actuales y de declarar la viabilidad de nuevas zonas; cataloga las infraestructuras básicas requeridas por el Plan en todos los ámbitos, desde la construcción de nuevos embalses, grandes zonas regables, defensas frente a avenidas, estaciones de depuración, así como las instalaciones para la recarga artificial de acuíferos, etc.

“Hemos trabajado mucho, por ejemplo, en los caudales ecológicos que hay que mantener en la cuenca del Duero para garantizar que el río tenga vida”, precisó Gato, quien indicó que se trata de un “problema difícil de tratar y complejo en el conjunto del territorio nacional”, que en el sistema del Duero ha sido más sencillo de abordar porque ya existía una “cultura de caudal ecológico” entre todos los usuarios.

Unidades de demanda agraria

En la elaboración del nuevo plan, además, se han determinado más de 700 unidades de demanda agraria, que son conjuntos homogéneos de terrenos cultivados de regadío con características similares. “No hemos querido ir a los doce sistemas de explotación, que serían también una unidad. Hemos querido trocear un poco más para tener muy determinadas los distintos puntos, parcelas y territorios donde se riega y qué necesidades tiene el cultivo para fijar muy bien las dotaciones”.