La obra ´Los túneles del paraíso´, de Luciano González Egido, ha resultado ganadora del II Premio de Novela Histórica, dotado con 24.000 euros y que convoca la Fundación Villalar-Castilla y León. El jurado escogió este libro, publicado por Tusquest en 2008, de entre seis finalistas por su calidad literaria y por recrear el periodo del siglo XIX en el que se construyeron las líneas de ferrocarril que comunican varios pueblos de Salamanca con Portugal.

Este premio, que se convocó por segundo año consecutivo, pretende fomentar el onocimiento de las señas de identidad de Castilla y León y promover iniciativas culturales que ayuden a divulgar la historia de la Comunidad. Por ello, la Fundación Villalar, que preside José Manuel Fernández Santiago, ha organizado este galardón con unas bases «abiertas», puesto que pueden participar autores de cualquier nacionalidad aunque se exige que las obras hayan sido ya publicadas y que estén escritas en castellano.

El también presidente de las Cortes destacó que este premio recibió 23 novelas, de las que fueron seleccionadas ´El Marqués de Santillana´, de Almudena de Arteaga; ´La tierra de Dios´, de Claudia Casanova; ´El manuscrito de piedra´, de Luis García Jambrina; ´El último rabino´, de Enrique de Diego, y ´El místico Juan de la Cruz´, de Pedro Miguel Lamet. Éstas describían acontecimientos y periodos como el descubrimiento de América Latina, la reconquista de la península y la tragedia de Ribadelago. Además, Fernández Santiago sostuvo que la novela histórica ha recibido un «renovado auge» debido a la «creciente demanda».

JURADO

El presidente del jurado, Premio Nacional de Traducción 1987, Luis Alberto Cuenca, dio a conocer el fallo que recayó en la novela del salmantino Luciano González Egido (1928). Valoró la forma en que aborda el episodio de la historia de la Comunidad en que se puso en marcha el ferrocarril. Además, destacó que se trata de un «veterano » puesto que inició «tarde» su carrera literaria.

Otro de los miembros del jurado, Ángela Valley, Premio Nadal 2002, destacó la «palabra profunda » y la escritura «intensa y madura » del autor, ya que su obra es un «aliento épico» de una prosa que «excava en el lenguaje» y que configura un panorama similar al «western » puesto que su ambientación le recordó al Monument Vallvey. Sostuvo que el galardón le fue concedido porque da protagonismo a personajes como las prostitutas, el médico o el juez para representar el mundo de «miseria y hacinamiento» del siglo XIX.

El finalista del Premio Planeta 2008 Javier Sierra subrayó que la obra ganadora se centra en el siglo XIX a diferencia del resto de finalistas que ambientaban sus narraciones entre los siglos XII y XVI. Explicó que mientras González Egido presentó una novela «pública», el resto de autores dedicaron sus trabajos a la figura de Dios. Así, indicó que este escritor dio protagonismo a la llegada de la modernidad y recoge el «ímpetu» por «domesticar la naturaleza».

Por su parte, el finalista del Premio de Novela Ciudad de Torrevieja José Manuel de Prada reconoció la calidad de todas las obras presentadas, que a su juicio han conseguido hacerse un «hueco» en el panorama español de los premios literarios. Aseguró que se trata de una «novela de pioneros» con «personajes arquetipos» propios de las conquistas aunque otorga protagonismo a hombres anónimos, es decir, a los obreros que construyeron el ferrocarril. Calificó su estilo de «majestuoso», con una escritura con frases de «sintaxis elaborada» y lenguaje «pulido». Por ello, significó que la obra se convertirá en un «banderín de enganche» para consolidar el Premio de Novela Histórica.