Juventudes Socialistas de Castilla y León (JSCyL) mostró ayer su satisfacción por la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo en la que se afirma que la presencia de crucifijos en los colegios constituye «una violación del derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones» y «una violación de la libertad religiosa de los alumnos», y pide al Gobierno que la futura Ley de Libertad Religiosa incluya una regulación específica que evite la presencia de cualquier tipo de símbolo religioso en las aulas de las escuelas públicas.