VILLANCICOS DE JEREZ PARA LA NAVIDAD ZAMORANA

Cita obligada anual con el flamenco más sublime y entrañable. Hoy jueves, a las ocho y media de la tarde, en el magno entorno del Ramos Carrión, Zamora volverá a vibrar con los sones flamencos de los villancicos, bajo el frenético ritmo de la guitarra, la zambomba, las palmas, el taconeo y los jaleos. Concatenándose el patrocinio de la Peña Flamenca “Amigos del Cante”, la imprescindible colaboración de la Fundación Caja Rural y los coadyuvantes Eurocris Cristalerías, Cristalerías Lantarón, Galende Sonido Profesional y Producciones Josico, se pone en marcha este esperado encuentro. El cartel es obra de Mercedes Ballesteros.

Los artistas, casi ya zamoranos de adopción, Pedro Garrido Niño de La Fragua, Coral de Los Reyes, Eva de Rubichi, Manuel de La Fragua y Juan Lara, serán los encargados de las voces, las palmas, los jaleos, la zambomba y la correspondiente patadita. Juan Manuel Moneo pondrá el compás instrumental de la bajañí.

Coctel perfecto para degustar una música popular de origen incierto, además de discutible. Sí se sabe que su origen –culto o popular- surge en torno a estas fechas y que cuando llega –como tanta otra música folclórica o culta- a oídos de las familias gitanas responsables de la creación y desarrollo del flamenco, la hacen suya, es decir la “aflamencan”, recibiendo ese marchamo diferencial en estructura y ritmo que caracteriza al universal arte. Sin embargo siguen siendo nuestros villancicos “de siempre”. Por eso conectan tan bien con nosotros, con los zamoranos, porque somos una de las provincias que más riqueza musical posee de España –o la que más-, lo que hace que tengamos desarrolladas las habilidades -como mínimo la de escucha- ante cualquier oferta musical de calidad. Y el flamenco lo es en grado superlativo. Por eso nos gusta tanto.

Señalar, una vez más, que los villancicos flamencos –sin duda de origen gitano- se denominan “zambomba” por asociación con el originario instrumento de barro, la vejiga y el junco, utilizado particularmente, en las gitanerías de los patios jerezanos de Santiago y La Plazuela.

Decir también que la lírica prestada por nosotros –los payos o castellanos- ellos la meten por compás –ritmo- de bulerías, tangos, tanguillos y campanilleros. Estos últimos derivados de los Rosarios de La Aurora con cadencias de farruca.

Con todos estos ingredientes, no me cabe la menor duda, que nuestros amigos, los artistas gitanos de Jerez, nos facilitarán el mejor pórtico posible para encarar positivamente la Navidad, predisponiéndonos para afrontar el venidero año con nuevos bríos y renovadas esperanzas.