Ha sido un buen año de producción en el huerto escolar, el proyecto vegetal del aula verde, del colegio San Vicente de Paúl, a pesar de los extremos climáticos. Aunque no es la producción lo más importante para este proyecto con tres años ya de trayectoria, sino que "siempre hemos tenido claro que lo importante es que nuestros alumnos vivan el huerto, experimenten en él varias sesiones y obtengan unos aprendizajes diferentes", explica el profesor responsable del proyecto Eduardo Rodríguez.

En los meses finales del curso, cuándo los frutos se van recogiendo, los alumnos los analizan y los emplean como herramienta didáctica en el laboratorio. Son varios los cursos que recurren a los cultivos producidos en el huerto para desarrollar sesiones de asignaturas como Sciences o Física y Química. "Cuando un alumno ha plantado y cuidado un cultivo y puede cosecharlo es maravilloso, pero cuando, además, puede profundizar en él, usando material de análisis ampliado como pueden ser el microscopio o las lupas electrónicas es una sensación en ocasiones mágica, pues llegamos a ver casi el origen de las especies, su unidad de vida elemental, sus células", señala el responsable.

La última sesión llevada al laboratorio ha sido con niños de 10 años y los objetivos han sido la recolección y disección de diferentes flores para posteriormente verlas y analizarlas por separado en las lupas electrónicas. "Alucinan cuando ven sus estructuras, formas y texturas de una manera tan grande, es como ver otro mundo", asegura Rodríguez.

Otra práctica en torno al huerto es la captura y análisis de pequeños insectos. "Se da más sentido a las explicaciones. Desde la importancia de las abejas y las mariquitas a los peligros de especies invasoras o insectos dañinos para los cultivos", así como el empleo de la tierra empleada, de la que se toman muestras y se analizan químicamente y físicamente en el laboratorio.

En cuanto a la producción, el colegio ha obtenido buena cosecha de berzas y acelgas. Los guisantes, pepinos, calabacines, fresas y cebollas se están desarrollando bien, y los ajos y el trigo "hacen honor a su reputación de cultivos duros y aguerridos; por tanto podemos decir que está siendo un buen año".