Etnografía y tradición se aunan en el pincel y lapicero de la mano de la artista Mercedes Fidalgo Domínguez. Para más señas Mer, a secas, de Santa Cristina de la Polvorosa.

La artista inauguraba el pasado sábado 14 de abril una exposición pictórica en la Casa de Zamora en Madrid. Y lo hacía cosechando un notable éxito. La muestra pictórica bajo el lema: "Una mirada zamorana" se prolonga hasta el próximo 6 de mayo con apertura de puertas en las tardes, desde la 17:30 horas a las 21:00 horas.

Mer Fidalgo no podía estar mejor arropada ya que contó en el acto inaugural con la actuación del grupo de folclore "Shalom" de la que ella misma es integrante y fue una de las fundadoras.

Las obras impregnadas del más puro realismo toman forma de la mano de esta artista para quien las raíces de la tierra constituyen su seña de identidad. Pintura y baile han servido a Mer Fidalgo Domínguez como acicate personal. No en vano, su vida ha venido girando en torno a estas dos facetas, o sus dos "pasiones" como ella misma define. Grandes maestros de la pintura como Velázquez y Murillo han servido de influencia a la hora de plasmar el realismo, lleno muy a a menudo de un variado cromatismo, reflejado sobre el lienzo.

Desde muy pequeña, Mer se aferraba al pincel y lo sigue haciendo como si fuera la primera vez. Sin embargo, esta autodidacta que a la vez adiestra a quienes quieren acercarse a la pintura no se olvida de su primera obra. "Sí, si que me acuerdo, "una playa" y me la tiene un compañero y no me la da", refiere sin dejar lugar a dudas.

Son los finos y delicados trazos del picado del rodao, impregnados de cromatismo, los que más le han sellado en su forja de artista de la pintura. "Es sencillo, pero por varios motivos me quedaría con esas". Claro está, la vena de la danza se confunde en esta doble faceta de la artista, baile y pintura. Es aquí, en estas obras, donde se refleja la pureza, el realismo de los trazos, el respeto a la cultura más localista. Al igual que lo hace con escenas taurinas como la fiel estampa del coso de "la Maestranza" envuelta por una chaquetilla llena de lentejuelas. O el lapicero que ha marcado el rastro del pelaje bravío de una res. Los edificios de los palomares, la arquitectura tradicional en la que los paramentos pétreos se entrecruzan con las vigas de madera, los instrumentos más tradicionales de la música, incluso los guiños a su querido río Órbigo. Las reliquias etnográficas se hacen arte de la mano de Mer Fidalgo. Y en la jornada inaugural de su muestra expositiva en la Casa de Zamora en Madrid así se lo quisieron reconocer muchos de sus paisanos con la presidenta de la casa, Mari Luz Uña, al frente. Un vino español con degustación de quesos de Santa Cristina de la Polvorosa vino a deleitar el ambiente cultural y festivo y arropar a la artista Mer Fidalgo Domínguez.