La empresa Centro de Estudios de Materiales y Control de Obra (Cemosa) se ocupará en los próximos dos años de los trabajos de auscultación de los Cuestos de la Mota con posibilidad de prorrogarlos otros dos. La ha sido la adjudicataria del contrato .

La firma malagueña ha sido la adjudicataria del contrato, entre las dos ofertas presentadas, después de que el Ayuntamiento decidiera extinguir la relación contractual con la quebrada Inzamac por incumplimiento de contrato y de que la aplicará una penalización del 3% del precio contratado.

La Concejalía de Urbanismo reduce de 26.000 a 1.452 euros el coste anual de estos trabajos de mantenimiento y seguimiento que fueron recomendados por los ingenieros adscritos a la constructora Geocisa y validados por el director de obra. En concreto el plan recomendaba auscultar topográficamente de forma continuada la obra durante al menos un año desde su finalización, al objeto de comprobar el correcto funcionamiento de lo ejecutado y tomar de ser preciso medidas adicionales de refuerzo. Tras este periodo se recomendaba también establecer unos hitos de nivelación y comprobarlos al menos dos veces al año durante los siguientes 10 años.

Cinco años después del desplome y casi tres después de la finalización de las obras de construcción de la escollera no se han generado avisos de movimientos lo que no se tiene constancia de signos de inestabilidad.

El plan de vigilancia, no obstante, se mantendrá durante el periodo recomendado aunque ahora será otra la consultora que realice las tareas de seguimiento que inicialmente le fueron adjudicadas a Inzamac por un importe bianual de 52.000 euros. Los técnicos municipales recomendaron no prorrogar el contrato tras incidir la empresa en la ruptura de la regularidad en la entrega de informes, lo que le valió también una penalización del 3% del precio del contrato por una falta grave.

El Ayuntamiento ha llevado a cabo una auscultación en continuo de la ladera hasta noviembre de 2017 sin que de la misma se hayan desprendido indicios de inestabilidades.

Finalizado el contrato de auscultación en continuo, los prismas implantados en la ladera han pasado a ser de titularidad municipal y ahora se continuará realizando un control de movimientos de la ladera con un alcance mínimo acorde a las indicaciones del plan de mantenimiento y control "a fin de tener conocimiento de los movimientos que pudieren producirse, de cara a adoptar las medidas que resultaren pertinentes", según explican los informes municipales.

La Concejalía de Urbanismo confía en que las labores de auscultación "junto con la revegetación de los cuestos se traduzcan en el mejor control posible de la ladera y se acabe con los episodios de inestabilidad de la misma de la mejor forma posible al menor coste posible para las arcas municipales después del desastre sufrido en el año 2013 que ha supuesto un coste de más de tres millones de euros y de los que la administración municipal ha pagado más de 1.2 millones".