La travesía de Santibáñez de Vidriales viene soportando al día más de un centenar de vehículos pesados. Una circunstancia que viene provocando el deterioro de su pavimento y por ello no son pocos los vecinos y conductores que reclaman una mayor atención por parte de Fomento de la Junta de Castilla y León como titular de la vía. Las demandas ocasionales del Ayuntamiento de Santibáñez se vienen atendiendo puntualmente, aunque eso sí con intervenciones de bacheo o de actuaciones en algunos blandones de la calzada.

Sin embargo, las grietas en el pavimento, los blandones y baches se vienen sucediendo cada vez con mayor frecuencia peligrando, en algunos tramos, la seguridad de la circulación rodada.

Esta carretera autonómica que enlaza las autovías A-6 en La Bañeza y la A-52 en Camarzana de Tera, en su trazado de 38 kilómetros atraviesa las localidades leonesas de Jiménez de Jamuz y Castrocalbón y las zamoranas de Fuente Encalada y de Santibáñez de Vidriales.

Precisamente la calzada a su paso por esta última localidad evidencia el mayor deterioro de todo su trazado. Las fisuras en el pavimento se hacen notar con acusada presencia en curvas y rasantes en buena parte del itinerario urbano.

La numerosa circulación de camiones con 42 toneladas, muchos de ellos con la carga de traviesas de hormigón para la línea del AVE, que trasladan la mercancía desde tierras bercianas, dejando en La Bañeza la autovía para enfilar la carretera autonómica hasta el término de Camarzana y tomar de nuevo una autovía, en este caso la A-52 en dirección Orense, provocan una buena parte del deterioro de la carretera. A ello se suman las corrientes subterráneas o evacuaciones del agua de pozos, ya que el mayor deterioro se manifiesta precisamente en la travesía, a su paso por el casco urbano de Santibáñez de Vidriales.