El aumento del cauce del Esla tras las última semanas de nieve y lluvia ha vuelto a evidencia el problema de taponamiento de los ojos del puente de piedra de Castrogonzalo, que fue reparado hace apenas un año tras hundirse una de sus pilas.

Ramas y troncos de árboles han vuelto a quedar atrapadas en uno de los ojos del puente y no es el primer episodio que se produce tras la reparación. Una empresa de mantenimiento ha venido trabajando en las últimas semanas en la retirada de restos vegetales en el mismo punto del puente.

Tras el repise de la pilastra y de la calzada, el Ayuntamiento de Castrogonzalo llegó a pedir públicamente que se actuara en la limpieza de la ribera incluso trabajando en el terreno, para alterar el curso del río y evitar que, en situaciones de caudal elevado, el agua arrastrase al mismo lugar los restos de vegetación, que está ocasionando este problema.