Don Carnal dijo adiós por las localidades de la comarca marcando su acento en la recuperación del sabor tradicional.

Entre el Eria, el Castrón y el Esla, los desfiles se han prodigado en un recorrido por el territorio de los Valles con actividades organizadas por colectivos y ayuntamientos. Festivas todas ellas y llenas de encuentros durante las jornadas de las carnestolendas clausuradas en la noche del miércoles con el entierro de la sardina.

Un recorrido por los pueblos de la comarca delata ese significado festivo con sabor de recuperación de lo genuino. Fuentes de Ropel y Morales de Valverde, de extremo a extremo del territorio, son claros ejemplos.

En Fuentes de Ropel se ha apostado por tercer año consecutido por la recuperación de "el pelele", ese muñeco que se mantea en la plaza y cuyo origen es incierto pero que evidencia referencias romanas y del que ya escribió Cervantes o llegó a inmortalizar Goya.

Otro tanto se viene haciendo en Morales de Valverde, de la mano de la asociación "las Pozas", ayuntamiento y vecinos, recuperando las mascaradas con sabor histórico medieval con influencias del antiguo Reino de León y, más aún, prerromano. Personajes como "el Toro" con su picaresca o "el señorito" y "la señorita", "el Gordo" y el grupo de "las birrias" prevalecen ya en las carnestolendas de Morales de Valverde como una seña identitaria local.

En otras vertientes del territorio como en Morales de Rey, se organizaron también desfiles carnavalescos y concursos primando la imaginacion y vistoridad. Burganes no iba a ser menos, o San Pedro de Ceque, Camarzana, Santa Cristina, Santa Colomba de las Monjas, San Cristóbal de Entreviñas y así un largo etcétera donde la tradición se confunde con la modernidad. El tono festivo ha dejado atrás las muestras de antruejos con representación escénica que hasta hace unos años todavía permanecían en algunas localidades.Al menos, unas pinceladas mantienen su esencia más primigenia.