Una vecina de Olleros de Tera, Francisca Mateos Nistal, se adelantó a pedir la modificación del cambio de hora que ahora estudia el Parlamento Europeo. Diputados de la Unión Europea apoyaron el jueves una moción a instancias de Finlandia con el fin de que se realice una evaluación acerca de si Europa ha de seguir cambiando la hora en marzo y en octubre. Una circunstancia apoyada por mayoría (384 votos a favor y 153 en contra) con el fin de instar a la Comisión Europea a que se estudien los efectos de los cambios de hora, así como la necesidad de revisar la modificación.

La vecina de Olleros de Tera, Francisca Mateos Nistal, ya había acudido a la Unión Europea, hace de eso ahora 17 años, a través de un escrito dirigido al presidente de la Comisión manifestándole su descontento con respecto al horario de verano. Mateos Nistal aduce en su misiva que la iniciativa "no ayuda a ahorrar nada y como es una hora menos, en las oficinas tienen que encender la luz y se gasta más", así como se incide en el hecho de que "los escolares se perjudican porque tienen que ir a clase de noche". Otro de los argumentos esgrimidos se basa en que "a los mayores, en residencias y hospitales, les hacen levantar una hora antes y los mayores lo que queremos es descanso que ya bastante se ha trabajado en la vida".

Molestias a la población

Esta mujer decidida y que ahora cuenta con 87 años, sigue pensando lo mismo que entonces, no estando de acuerdo con la respuesta que le remitían desde Bruselas, en nombre de la vicepresidenta de la Comisión Europea, la española ya fallecida, Loyola de Palacio, de la Dirección General de Energía y Transportes. Roberto Salvarami contestaba un mes más tarde (4 de mayo 2001) al escrito remitido desde Olleros "reconociendo la existencia de ciertos efectos negativos, como la dificultad para conciliar el sueño por la noche y despertarse por la mañana", apuntando a que "estas molestias no afectan a toda la población ya que varían de unos individuos a otros". Este responsable comunitario hace hincapié en el hecho de que el horario de verano se introdujo y se armonizó a escala comunitaria a petición de varios países europeos a finales de los años setenta, con objeto de facilitar los transportes y comunicaciones. En la misiva dirigida a Olleros de Tera se refiere a que los estudios previos señalan que "los jóvenes y las personas mayores aprecian la hora de luz reglamentaria que se ofrece al final del día gracias al horario de verano que les permite salir más tiempo y volver a casa en pleno día con una mayor sensación de seguridad". Por otra parte, incide en que el horario de verano "favorece la práctica de deportes, cuyos efectos son muy beneficiosos para la salud". Salvarami finaliza su escrito de respuesta a Francisca Mateos refiriéndose a las encuestas realizadas en los diferentes Estados miembros sobre los efectos beneficiosos para el sector del turismo, hostelería y la restauración, en la medida que "la gente se queda más tiempo en las terrazas de las cafeterías al final del día, después de los paseos y visitas realizados gracias al horario de verano".

Por lo pronto, mientras el Parlamento Europeo revisa los cambios de hora, en la madrugada del sábado 24 al 25 de marzo, el reloj se adelanta una hora, de las 02:00 horas a las 03:00 horas.